Que preciosa la
puesta de sol. Aunque los que hemos tenido la oportunidad de ver el
amanecer no tiene tampoco desperdicio.
A mi hermana Laura y a mi, Cristina, nos costó mucho tiempo conseguir que nuestro padre nos dejará ver una. Y aunque la espera fue larga, al final mereció la pena.
Esas
noches en la
carretera permanecerán siempre en nuestro recuerdo.
Un beso.