No hace demasiado años había cine en Piedras Albas que regentaba una de las familias Villarroel. Recuerdo cuando fui por primera vez al Cine Roel siendo aún pequeña, me asusté mucho pues creía que el tren que circulaba por la pantalla se saldría de la misma y me atropellaría. La sala constaba de bancos en la parte delantera donde solíamos sentarnos los niños porque las entradas eran más asequibles, y detrás estaba el patio de butacas que eran sillas de madera plegables. En el piso de arriba estaba "el gallinero" donde solían comprar las entradas los adolescentes y jóvenes. Tanto los bancos como las sillas plegables de la sala se retiraban cuando acaba la proyección de la película, pues esta sala también era el salón del baile del pueblo, ameneizado por FARISO con su acordeón y el batería.