Soy extremeño y verato y residí en esta ciudad, para mi encantadora, varios años, y aquí hice mi servivicio militar, y estos alardes de misioneros que hacía el Clero de la Santa Iglesia Apostólica y Romana los viví en persona entre 1949 y 1954, mirad como los placentinos miran, unos con devoción pero otros muchos hartos de estos alardes.