Poco a poco va refrescando y comienzan a fluir las cervezas y las conversaciones. Un concejal socialista recién salido del pleno recuerda algún episodio de cuando venían los inspectores de Trabajo al
pueblo y todos los que estaban dados de alta como empleados del
Ayuntamiento acudían a la
plaza a hacer cómo que trabajaban. “Todos somos culpables, el 80% del pueblo se ha beneficiado”, dice otro socialista, cuñado del imputado José Villegas. Un empresario venido a menos menciona que quizá fue demasiado
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