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LA FOTO, "una reunión necesaria para el pueblo",.......
LA FOTO, "Las Candelas 2025, en la puerta de la iglesia",....
LA FOTO, "Las Candelas 2025, los niños",...
La FOTO, "Las Candelas 2025, bellísima sin pero",....
LA FOTO, Las Candelas, se ofrecen las flores",....
LA FOTO, "Las Candelas, joven acompañamiento",....
LA FOTO, "Las Candelas, con trajes típicos",------
LA FOTO,"la Candelas 2025", preparadas las mesas ----
Historias de Granada. El día que murió Don Hernando de Zafra.

Se cuenta, se dice, que durante una gran sequía por las escasas lluvias de aquel año, Don Hernando de Zafra (secretario de los Reyes Católicos) 1444-1508) persona extremadamente orgullosa y tirana, era el único que gozaba de un gran privilegio, disponer un pozo de agua casi inagotable, debido al abastecimiento continuo que este recibía de una rica acequia.
Don Hernando, Conde de Zafra, para mitigar la sed y las penurias causadas por ... (ver texto completo)
CADA UNO CON SU DESTINO

Un samurái noble y honesto fue a visitar a un monje en busca de consejos. No obstante, en cuanto entró en el templo, se sintió inferior y pensó que, a pesar de haber pasado toda su vida luchando por la justicia y la paz, no se había ni acercado al estado de gracia del hombre que tenía frente a él. « ¿Por qué me siento tan inferior?», le preguntó al monje. «Espera, en cuanto haya atendido a todos los visitantes de hoy, te daré la respuesta», contestó este. El samurái permaneció en el jardín del templo viendo cómo el monje recibía a todos los visitantes con la misma paciencia y la misma sonrisa. Llevado por la impaciencia, ya de noche, insistió: « ¿Ahora puedes responderme?». El maestro le invitó a entrar y le mostró la luna llena que se veía a través de la ventana. « ¿Ves esta luna, qué bonita es? Cruzará todo el firmamento, pero mañana el sol volverá a brillar. Nunca escuché a la luna decirle al sol: " ¿Por qué no tengo el mismo brillo que tú? ¿Soy inferior?"». «Claro que no –respondió el samurái–, son diferentes y cada uno tiene su propia belleza, no podemos comprarlos». Entonces ya sabes la respuesta. Tú y yo somos diferentes, cada cual lucha a su manera por lo que cree y queriendo mejorar el mundo. ¿De qué sirve compararse?», le replicó el monje. ... (ver texto completo)
El ciervo escondido

"Había una vez un leñador de Cheng que encontró un ciervo en un campo, al cual mató y posteriormente enterró con hojas y ramas para evitar que otros descubrieran la pieza. Pero al poco tiempo, el leñador se olvidó del lugar donde había ocultado el animal y llegó a creer que en realidad todo el asunto había sido un sueño.
Poco después empezaría a contar su supuesto sueño, a lo que uno de los que lo escuchó reaccionó intentando buscar el ciervo. Tras encontrarlo, se lo llevó ... (ver texto completo)
VIVIR EL PRESENTE

Habiendo escuchado decir a numerosas personas que el hombre más sabio del mundo vivía en un monte, un joven se encaminó hacia aquel lugar donde pasaba todo el día meditando para poder conocerlo. Al llegar junto a él le dijo: «Me han comentado que eres muy sabio. Por favor, dime qué cosas puede hacer una persona como tú que jamás conseguirán el resto de los humanos».
El anciano le miró fijamente a los ojos y le explicó: «Cuando estoy comiendo, simplemente como; cuando duermo ... (ver texto completo)
HABIA UNA VEZ, en una pequeña cesta de labores, un alfiler y una aguja. Allí pasaban los días juntos, rodeados de hilos de colores, botones y retazos de tela. Pero, como a veces sucede cuando no hay mucho que hacer, comenzaron a discutir.
— ¿De qué sirves tú? —dijo el alfiler con cierto tono de superioridad—. No tienes cabeza, ¿cómo piensas ser útil?
La aguja, que no era de quedarse callada, respondió con un tono afilado:
— ¿Y tú? ¿De qué te sirve la cabeza si no tienes ojo?
—Al menos mi cabeza ... (ver texto completo)
LA FOTO, "amigos en grupo", parece que fue ayer y han pasado 5 años....
LA VASIJA VIEJA

Cuenta la leyenda india que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea usando dos grandes vasijas, sujetas en las extremidades de un pedazo de madera que colocaba atravesado sobre sus espaldas.
Una de las vasijas era más vieja que la otra, y tenía pequeñas rajaduras; cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa, la mitad del agua se perdía.
Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto. La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa de su desempeño, ... (ver texto completo)