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Decía Amado Nervo:
Si amas a Dios, en ninguna parte has de sentirte extranjero,
porque Él estará en todas las regiones,
en lo más dulce de todos los países, en el límite
indeciso de todos los horizontes.
Si amas a Dios, en ninguna parte estarás triste, porque,
a pesar de la diaria tragedia, Él llena de júbilo el universo.
Si amas a Dios, no tendrás miedo de nada ni de nadie,
porque nada puedes perder, y todas las fuerzas del cosmos
serían impotentes para quitarte tu heredad.
Si amas a Dios, ya tienes alta ocupación para todos
los instantes, porque no habrá acto que no ejecutes
en su nombre, ni el más humilde ni el más elevado.
Si amas a Dios, ya no querrás investigar los enigmas,
porque le llevas a Él, que es la clave y resolución de todos.
Si amas a Dios, ya no podrás establecer con angustia
una diferencia entre la vida y la muerte, porque
en Él estás y Él permanece incólume a través de
todos los cambios.
Decía Amado Nervo:
Si amas a Dios, en ninguna parte has de sentirte extranjero,
porque Él estará en todas las regiones,
en lo más dulce de todos los países, en el límite
indeciso de todos los horizontes.
Si amas a Dios, en ninguna parte estarás triste, porque,
a pesar de la diaria tragedia, Él llena de júbilo el universo.
Si amas a Dios, no tendrás miedo de nada ni de nadie,
porque nada puedes perder, y todas las fuerzas del cosmos
serían impotentes para quitarte tu heredad.
Si amas a Dios, ya tienes alta ocupación para todos
los instantes, porque no habrá acto que no ejecutes
en su nombre, ni el más humilde ni el más elevado.
Si amas a Dios, ya no querrás investigar los enigmas,
porque le llevas a Él, que es la clave y resolución de todos.
Si amas a Dios, ya no podrás establecer con angustia
una diferencia entre la vida y la muerte, porque
en Él estás y Él permanece incólume a través de
todos los cambios.