Podemos decir que Mariano Rajoy Brey no ha defraudado en absoluto. Los datos exhibidos sobre sus ingresos no aclaran nada importante. Eso era lo previsible. Y así, en efecto, ha sucedido. Sólo los inocentes militantes del PP, y algunos talibanes, parecen reconfortados leyendo sus declaraciones a Hacienda respecto a renta y patrimonio.
Ya nos lo adelantó hace unos días el portavoz Floriano al advertir que el PP [o sea, Rajoy] sólo se “desnudará” ante “los tribunales” y no ante “Rubalcaba”. El Ministerio de Hacienda no es un tribunal y, por tanto, las declaraciones de Rajoy no han sido a calzón quitado.
Perverso enemigo
¿Y Rubalcaba? Pues que se joda, como diría la otra, nuestro perverso enemigo. Cualquier día volveremos a darle una patada en salve sea la parte y blandiendo el caso Faisán. Nos preocupa, sin embargo, que mientras Rajoy se deshacía en elogios a la ministra Mato, dando la cara por ella, su protegido en Galicia, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pedía “explicaciones contundentes” a la actual titular del Ministerio de Sanidad.
Un guiño amigo a Esperanza
¿Feijóo, con este gesto, lanzaba un guiño amigo a Esperanza Aguirre, víctima de las diatribas contra ella difundidas desde el sancta sanctorum del Partido Popular. Al parecer, Rajoy está enojado por la actitud de la presidenta del partido en la Comunidad de Madrid. Hay movida en Génova 13 y en la Moncloa. Mientras tanto, Bárcenas, criticado firmemente por Feijóo se pasea por las calles madrileñas como si fuera el protagonista de una película de policías y ladrones.
Los tesoreros saben demasiado
De Bárcenas no quiere hablar Rajoy. Quizá no pretende que se cabree de verdad y lo meta en un lío infinitamente mayor que los habituales, que le ahogan en exceso. Rajoy es el rehén de Bárcenas, aunque los tamborileros de la derecha digan lo contrario. Los tesoreros en general saben demasiadas cosas y pueden en pocas horas hundir a Rajoy, e incluso a la cúpula popular. A la anterior y la de ahora.
¿La guerra interna está servida?
“La gaviota se ha convertido en buitre”, gritaban ayer los concursantes de las chirigotas de CCOO, en la sede central de este sindicato en Madrid, como publica ELPLURAL. COM. Y es que el buitre podría ser Bárcenas. Y la gaviota, Rajoy. Ambos son aves de rapiña. ¿La guerra interna está servida?
Ya nos lo adelantó hace unos días el portavoz Floriano al advertir que el PP [o sea, Rajoy] sólo se “desnudará” ante “los tribunales” y no ante “Rubalcaba”. El Ministerio de Hacienda no es un tribunal y, por tanto, las declaraciones de Rajoy no han sido a calzón quitado.
Perverso enemigo
¿Y Rubalcaba? Pues que se joda, como diría la otra, nuestro perverso enemigo. Cualquier día volveremos a darle una patada en salve sea la parte y blandiendo el caso Faisán. Nos preocupa, sin embargo, que mientras Rajoy se deshacía en elogios a la ministra Mato, dando la cara por ella, su protegido en Galicia, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pedía “explicaciones contundentes” a la actual titular del Ministerio de Sanidad.
Un guiño amigo a Esperanza
¿Feijóo, con este gesto, lanzaba un guiño amigo a Esperanza Aguirre, víctima de las diatribas contra ella difundidas desde el sancta sanctorum del Partido Popular. Al parecer, Rajoy está enojado por la actitud de la presidenta del partido en la Comunidad de Madrid. Hay movida en Génova 13 y en la Moncloa. Mientras tanto, Bárcenas, criticado firmemente por Feijóo se pasea por las calles madrileñas como si fuera el protagonista de una película de policías y ladrones.
Los tesoreros saben demasiado
De Bárcenas no quiere hablar Rajoy. Quizá no pretende que se cabree de verdad y lo meta en un lío infinitamente mayor que los habituales, que le ahogan en exceso. Rajoy es el rehén de Bárcenas, aunque los tamborileros de la derecha digan lo contrario. Los tesoreros en general saben demasiadas cosas y pueden en pocas horas hundir a Rajoy, e incluso a la cúpula popular. A la anterior y la de ahora.
¿La guerra interna está servida?
“La gaviota se ha convertido en buitre”, gritaban ayer los concursantes de las chirigotas de CCOO, en la sede central de este sindicato en Madrid, como publica ELPLURAL. COM. Y es que el buitre podría ser Bárcenas. Y la gaviota, Rajoy. Ambos son aves de rapiña. ¿La guerra interna está servida?