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RIOLOBOS: José Antonio Griñán...

José Antonio Griñán
Efe
Este martes está marcado en rojo la agenda de José Antonio Griñán desde el pasado 24 de julio cuando anunció su intención de dejar su cargo como presidente de la Junta de Andalucía. El adiós de Griñán, que será oficial cuando esta mañana presente su renuncia al Consejo de Gobierno, no es sin embargo el punto final a una carrera política que le ha ocupado más de 40 de sus 67 años. De hecho, seguirá siendo secretario general del PSOE-A, presidente nacional de su partido y diputado en el Parlamento Andaluz. Además, el futuro próximo de Griñán estará en el Senado, a donde está previsto que llegue como senador designado por su comunidad autónoma. Un nombramiento calificado como “razonable” y “bueno para el proyecto” del PSOE por la dirección regional del partido.

Se asegura así Griñán seguir siendo aforado y quedar por el momento fuera del alcance de la juez Mercedes Alaya, que investiga la presunta trama de los ERE fraudulentos en Andalucía. Un escándalo que cada vez se acerca más a Griñán y por el que ya han pasado ante el juez algunos ex altos cargos de la administración andaluza.

A pesar de que Griñán ha reiterado que su renuncia al Palacio de San Telmo se debe principalmente a razones personales y familiares, este fin de semana ha afirmado en una entrevista concedida a los periódicos del grupo Vocento que se marcha porque no quiere que “ningún escándalo salpique” a Andalucía ni a la administración regional. En su partido no se distancian del discurso de Griñán y ayer lunes volvieron a reiterar que el presidente andaluz “no tiene absolutamente ninguna responsabilidad”.

Se va Griñán como llegó al cargo, en medio de la legislatura. Se aupó al sillón de presidente en 2009, cuando Manuel Chávez dejó Sevilla para unirse al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Tres años después se enfrentó a unas elecciones que por primera vez en la historia de Andalucía no ganó el PSOE. Sin embargo más que un fracaso estrepitoso de los socialistas se podría considerar casi una victoria que sólo tuvieran 4.000 votos menos que el PP liderado por Javier Arenas, al que todas las encuestas auguraban una mayoría absoluta. Los cálculos fallaron y Griñán siguió en su cargo tras pactar con Izquierda Unida, que entró a formar parte de un Gobierno que ahora estará unos días en funciones y luego se renovará.

Al igual que hizo Chávez con él, Griñán pasa el testigo a una consejera de su Ejecutivo, Susana Díaz, que tomará posesión del cargo la próxima semana. Aunque esta vez, y a diferencia de la anterior, el PSOE-A anunció que se abría un proceso de primarias, Díaz, que contaba con el respaldo de su antecesor, no tuvo que concurrir a las urnas, ya que sus rivales no consiguieron los avales necesarios para presentarse. Según Griñán, su sucesora y mano derecha en la Junta representa un cambio generacional en Andalucía, una comunidad autónoma que no ha conocido un presidente que no sea del PSOE.