No nos tome Soraya por el pito del sereno con la “regeneración democrática”
21/09/2013
* 1 VOTO
IMPRIMIRENVIAR A UN AMIGO
Estos gobernantes del PP nos siguen tomando a los ciudadanos por el pito del sereno. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, estaba el viernes, tras la reunión del Consejo de Ministros, más contenta que unas pascuas. Y es que el presidente, Mariano Rajoy Brey, había dado su bendición a 40 medidas de “regeneración democrática” en la peligrosa lucha contra la corrupción. ¡Tómate el frasco, Carrasco! O, mejor dicho, ¡Rubalcaba y Cayo Lara!
La izquierda malvada
Se creía la izquierda malvada que el jefe del Ejecutivo iba a lanzar la toalla. Máxime, estando como estaba don Mariano contra las cuerdas. De modo que así, por fin, según pensaron ambos colegas del Papa Francisco, se iría Rajoy a su casa, incluso con el riesgo de tener que pasar previamente por la Audiencia Nacional. Pero, el casi siempre previsible, de pronto, decidió ponerse él al frente de la procesión anticorrupción para demostrar a todo el mundo que el PP ha sido y seguirá siendo el faro de la transparencia y la tumba de los truhanes.
Ni el más tonto de la clase
Todo esto no se lo cree ni el más tonto de la clase. Sólo el inmenso cinismo de los dirigentes de la derecha justifica semejante argucia, tratando como sea de borrar la realidad de un partido que lleva muchos años paseándose por la charca de la corrupción política. Desde el caso Naseiro en 1990 hasta la trama Gürtel, que se arrastra a partir de 2009. ¿Por qué estas medidas de ahora -suponiendo que sean eficaces-, impulsadas por la vicepresidenta y su cuadrilla de abogados del Estado, no las apadrinó José María Aznar en su momento y Mariano Rajoy Brey?
La decencia política
¿Por qué tanto Aznar como Rajoy dieron órdenes a sus subalternos para que editaran una especie de catecismos sobre la ética en la política? ¿Por qué, y para mayor inri, Rajoy encargó a Ana Mato, tan protegida directamente por gürtel y por él, para que redactara todo lo que no debía hacerse en bien de la decencia política?
De pésimo gusto
En fin, es un sarcasmo de pésimo gusto que aquellos que se han pasado sistemáticamente la ética por su arco de triunfo y se encogieron de brazos a la hora de limpiar la inmensa mierda de los bárcenas y sus amigotes, se dediquen ahora a presentarse ante la opinión pública como los benefactores de la honradez. ¡Sinvergüenzas!
21/09/2013
* 1 VOTO
IMPRIMIRENVIAR A UN AMIGO
Estos gobernantes del PP nos siguen tomando a los ciudadanos por el pito del sereno. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, estaba el viernes, tras la reunión del Consejo de Ministros, más contenta que unas pascuas. Y es que el presidente, Mariano Rajoy Brey, había dado su bendición a 40 medidas de “regeneración democrática” en la peligrosa lucha contra la corrupción. ¡Tómate el frasco, Carrasco! O, mejor dicho, ¡Rubalcaba y Cayo Lara!
La izquierda malvada
Se creía la izquierda malvada que el jefe del Ejecutivo iba a lanzar la toalla. Máxime, estando como estaba don Mariano contra las cuerdas. De modo que así, por fin, según pensaron ambos colegas del Papa Francisco, se iría Rajoy a su casa, incluso con el riesgo de tener que pasar previamente por la Audiencia Nacional. Pero, el casi siempre previsible, de pronto, decidió ponerse él al frente de la procesión anticorrupción para demostrar a todo el mundo que el PP ha sido y seguirá siendo el faro de la transparencia y la tumba de los truhanes.
Ni el más tonto de la clase
Todo esto no se lo cree ni el más tonto de la clase. Sólo el inmenso cinismo de los dirigentes de la derecha justifica semejante argucia, tratando como sea de borrar la realidad de un partido que lleva muchos años paseándose por la charca de la corrupción política. Desde el caso Naseiro en 1990 hasta la trama Gürtel, que se arrastra a partir de 2009. ¿Por qué estas medidas de ahora -suponiendo que sean eficaces-, impulsadas por la vicepresidenta y su cuadrilla de abogados del Estado, no las apadrinó José María Aznar en su momento y Mariano Rajoy Brey?
La decencia política
¿Por qué tanto Aznar como Rajoy dieron órdenes a sus subalternos para que editaran una especie de catecismos sobre la ética en la política? ¿Por qué, y para mayor inri, Rajoy encargó a Ana Mato, tan protegida directamente por gürtel y por él, para que redactara todo lo que no debía hacerse en bien de la decencia política?
De pésimo gusto
En fin, es un sarcasmo de pésimo gusto que aquellos que se han pasado sistemáticamente la ética por su arco de triunfo y se encogieron de brazos a la hora de limpiar la inmensa mierda de los bárcenas y sus amigotes, se dediquen ahora a presentarse ante la opinión pública como los benefactores de la honradez. ¡Sinvergüenzas!