Emigrantes.
Me recuerda la situación de ahora a los años treinta y décadas de los sesenta debido a situación económica actual que estamos viviendo si bien el origen de esta es distinta a la anterior, ya que esta alcanza a un amplio número de países si bien algunos de estos la sortean mejor que otros por aplicación de unas políticas mas acertadas y correctas, pero me voy a referir a la primera por ser diferentes y concretamente a Extremadura, en los años treinta se emigraba a America pero eran pocos y a Europa, en Paris concretamente un director de cine aragonés, se encontró con “Jurdanos” emigrados. Dejando el caso de las Américas de los años treinta, y volviendo a la década de los sesenta, la emigración de esta época en Extremadura, fue mas bien debido a un mal reparto de la riqueza generada por todos los españoles, y aunque no fuera mucha esta tierra quedo un tanto marginada por una política discriminatoria en beneficio de otras partes del territorio que hoy día están en permanente conflicto si así se le puede llamar con el estado, a pesar de no haber sufrido el trauma con algunas excepciones los que hemos vivido en esta tierra, conozco casos de cabezas de familia que emigraron dejando aquí a sus hijos muy pequeños y no han vuelto a saber nada de este, la única respuesta que les han dado la autoridades es “ desaparecido” ni donde ni como, lo mismo que les pasa a los emigrantes subsaharianos, que al cruzar el Sahara, para llegar a Argelia o Túnez usándolo como trampolín para pasar a Europa, muchos mueren en el intento, estos no cuentan en ninguna parte, como si no hubieran existido.
En Extremadura, había varias modalidades de emigración, unos emigraban y no volvían otros lo hacían de forma temporal bien para superar un mala situación puntual económica o bien para hacerse un casa, una variante distinta es la emigración relacionada con el servicio al estado como son los funcionarios etc. volviendo al “viejo” terruño como pensionistas, no sus hijos.
Otra variante es la emigración universitaria aunque sean pocos los estudiantes, menos son aquellos que acaban sus carreras.
Un saludo a todos aquellos que por una causa u otra tuvimos que emigrar, de la tierra que nos vio nacer y especialmente a aquellos que por alguna circunstancia no han vuelto ni volverán y ya les gustaría, digo esto por que en un viaje que hice al norte un paisano allí emigrado de los que no volverán, me comentaba con cierta nostalgia y entusiasmo los recuerdos y vivencias vividas en su tierra natal que tanto admiraba a pesar de verse obligado a salir de ella por motivos que todos conocemos.
Hoy día aun que la gente sigue emigrando, es muy distinto en la forma en que lo hicieron los de la década de los sesenta, algunos pasaron verdaderas odiseas sobre todos los que se dirigieron al extranjero. Pero lo mas lamentable de todo es que algunos les gustaría volver y ya no pueden pisar esta Extremadura parda y fría de verde y serenos valles como la ha definido un gran poeta extremeño.
Saludos de doble J.
Me recuerda la situación de ahora a los años treinta y décadas de los sesenta debido a situación económica actual que estamos viviendo si bien el origen de esta es distinta a la anterior, ya que esta alcanza a un amplio número de países si bien algunos de estos la sortean mejor que otros por aplicación de unas políticas mas acertadas y correctas, pero me voy a referir a la primera por ser diferentes y concretamente a Extremadura, en los años treinta se emigraba a America pero eran pocos y a Europa, en Paris concretamente un director de cine aragonés, se encontró con “Jurdanos” emigrados. Dejando el caso de las Américas de los años treinta, y volviendo a la década de los sesenta, la emigración de esta época en Extremadura, fue mas bien debido a un mal reparto de la riqueza generada por todos los españoles, y aunque no fuera mucha esta tierra quedo un tanto marginada por una política discriminatoria en beneficio de otras partes del territorio que hoy día están en permanente conflicto si así se le puede llamar con el estado, a pesar de no haber sufrido el trauma con algunas excepciones los que hemos vivido en esta tierra, conozco casos de cabezas de familia que emigraron dejando aquí a sus hijos muy pequeños y no han vuelto a saber nada de este, la única respuesta que les han dado la autoridades es “ desaparecido” ni donde ni como, lo mismo que les pasa a los emigrantes subsaharianos, que al cruzar el Sahara, para llegar a Argelia o Túnez usándolo como trampolín para pasar a Europa, muchos mueren en el intento, estos no cuentan en ninguna parte, como si no hubieran existido.
En Extremadura, había varias modalidades de emigración, unos emigraban y no volvían otros lo hacían de forma temporal bien para superar un mala situación puntual económica o bien para hacerse un casa, una variante distinta es la emigración relacionada con el servicio al estado como son los funcionarios etc. volviendo al “viejo” terruño como pensionistas, no sus hijos.
Otra variante es la emigración universitaria aunque sean pocos los estudiantes, menos son aquellos que acaban sus carreras.
Un saludo a todos aquellos que por una causa u otra tuvimos que emigrar, de la tierra que nos vio nacer y especialmente a aquellos que por alguna circunstancia no han vuelto ni volverán y ya les gustaría, digo esto por que en un viaje que hice al norte un paisano allí emigrado de los que no volverán, me comentaba con cierta nostalgia y entusiasmo los recuerdos y vivencias vividas en su tierra natal que tanto admiraba a pesar de verse obligado a salir de ella por motivos que todos conocemos.
Hoy día aun que la gente sigue emigrando, es muy distinto en la forma en que lo hicieron los de la década de los sesenta, algunos pasaron verdaderas odiseas sobre todos los que se dirigieron al extranjero. Pero lo mas lamentable de todo es que algunos les gustaría volver y ya no pueden pisar esta Extremadura parda y fría de verde y serenos valles como la ha definido un gran poeta extremeño.
Saludos de doble J.