Ha pasado Santa Catalina y en un portal de Facebook que se titula RIOLOBEÑOS POR EL MUNDO he visto una serie de fotos alusivas a esa festividad. Me han evocado recuerdos infantiles y he escrito allí lo que ahora os invito a leer Nací muy pronto. Estos fuegos artificiales jamás los presencié en nuestro pueblo. Sólo recuerdo el ruido tremendo que se producía por la explosión de un cohete en las procesiones importantes donde un mozo recibía del mayordomo un paquete de una docena y los iba administrando poquito a poco para que no se acabaran. Y nosotros, los infantes, corríamos detrás, observando siempre la mano donde llevaba el mechero con la mecha encendida. Y es que el coger una de esas varas rectas que al cohete le permitía ascender era un trofeo y si eras afortunado podías presumir ante los demás de ser un privilegiado. Vivo en Sabadell y es costumbre en toda Catalunya celebrar la noche de San Juan con petardos, cohetes y fuegos artificiales. Cuando veo por el suelo, esas varas a las que nadie hace caso y las pisa, recuerdo la infancia en Riolobos y me digo: "Si cuando era pequeño hubiese podido coger las varas de cohete que ahora nadie quiere, sería el niño más feliz del mundo". Si ahora tenéis fuegos artificiales, mejor que mejor. Os felicito. Riolobos se ha modernizado en sus festejos y la gente de ahora goza y nos alegramos, pero los niños de la década de los cincuenta del, siglo pasado y sus padres también lo pasaban muy bien, aunque muy modestamente. Eran tiempos en que costaba mucho alimentarse porque el trabajo era escaso y muy poco remunerado. Desde Sabadell, un abrazo a todos los que aún vivís en nuestro pueblo y también a todos los que por diversas circunstancias nos vimos obligados a marchar para encontrar una vida mejor.,"