No es lo que era, aunque siga siendo.
Ya no huele a cabras, ya no hay gallinas por los regatos, ya no hay ese silencio solo alterado un poco los fines de semana, ya no se come ese pan hecho en el pueblo, ya no quedan calderos cociéndose con el menú para los cochinos, ya no llegan los mulos cargados de pasto ni leña, ya no funciona el molino, ya no se traen jabalís los domingos cazados en las sierras, ya no se secan higos, ni castañas, ni se hace apenas vino en casa, espero que se siga jugando a la rayuela, o al futbolín como se hacía en la plaza, ya no se puede casi ni andar por la golosa, las peñasqueras etc, etc todo por falta de cabras que coman la fusca y limpien los senderos, ni que decir que el queso de cabra dejo de ser lo que era hace tiempo, ¡que meriendas de crío con pan de Tío Miguel, tomate del huerto y un trozo de queso de cabra!.... que triste y que bonito el invierno desde la ventana lloviendo y la chimeneas humeantes perfumando el pueblo y mezclando aromas de leña, vino, pastos, miel, calderos, cochinos, cabras, mulos, bodegas etc etc... consiguiendo una mezcla innigualable de aromas de pueblo ya perdidos. Y que decir de sus gentes, soy uno de esos privilegiados que hemos conocido personajes muy peculiares que no nombro para no herir a nadie. Gente trabajadora, que sufrió mucho en su vida, una vida dura y llena de miserias que hizo de cada uno un libro de sabiduria, de aventuras, de desgracias, de penurias y de una vida dificil que les tocó pasar. Como no quiero extenderme mucho sirva este mensaje como homenaje a toda esa gente que hoy no está y que en su día fueron cada uno en su medida pilares para hacer PUEBLO, y que hoy son ya historia del mismo.
Ya no huele a cabras, ya no hay gallinas por los regatos, ya no hay ese silencio solo alterado un poco los fines de semana, ya no se come ese pan hecho en el pueblo, ya no quedan calderos cociéndose con el menú para los cochinos, ya no llegan los mulos cargados de pasto ni leña, ya no funciona el molino, ya no se traen jabalís los domingos cazados en las sierras, ya no se secan higos, ni castañas, ni se hace apenas vino en casa, espero que se siga jugando a la rayuela, o al futbolín como se hacía en la plaza, ya no se puede casi ni andar por la golosa, las peñasqueras etc, etc todo por falta de cabras que coman la fusca y limpien los senderos, ni que decir que el queso de cabra dejo de ser lo que era hace tiempo, ¡que meriendas de crío con pan de Tío Miguel, tomate del huerto y un trozo de queso de cabra!.... que triste y que bonito el invierno desde la ventana lloviendo y la chimeneas humeantes perfumando el pueblo y mezclando aromas de leña, vino, pastos, miel, calderos, cochinos, cabras, mulos, bodegas etc etc... consiguiendo una mezcla innigualable de aromas de pueblo ya perdidos. Y que decir de sus gentes, soy uno de esos privilegiados que hemos conocido personajes muy peculiares que no nombro para no herir a nadie. Gente trabajadora, que sufrió mucho en su vida, una vida dura y llena de miserias que hizo de cada uno un libro de sabiduria, de aventuras, de desgracias, de penurias y de una vida dificil que les tocó pasar. Como no quiero extenderme mucho sirva este mensaje como homenaje a toda esa gente que hoy no está y que en su día fueron cada uno en su medida pilares para hacer PUEBLO, y que hoy son ya historia del mismo.