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PARTE 4ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-
cerdo sacrificado en “la matanza”. Desde la vigas del techo a “la enramá”, solía haber escasos centímetros, y su colocación en la cocina era obligada, toda vez que en los primeros días, tras ser hechos los embutidos, si se producía mucha humedad debido a lluvia intensa y sobre todo con la niebla, era fácil que no secaran y terminaran estropeados; para evitarlo se atizaba constantemente el fuego consiguiendo el pronto secado. (Como “la matanza”, ... (ver texto completo)
PARTE 3ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-
granítica (en ocasiones se utilizaban trozos de piedras de molino ya desechadas), pues las lanchas, sobre todo las pizarrosas no eran útiles y sí peligrosas por descomponerse con la elevada temperatura del fuego, proceso durante el cual estallaban, saltando pequeñas y afiladas esquirlas a gran velocidad. Los ladrillos, aunque se fabricaban en los mismos lugares de las tejas, no eran adecuados para este menester, ya que al no ser refractarios ... (ver texto completo)
PARTE 2ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-

Era habitual ir a buscar las vigas de roble a los bosques que están un poco más arriba de Solana hacia el puerto de Berzocana, donde crecen abundantes árboles de esta especie. Una vez elegidos los árboles adecuados se procedía a su tala y limpiado del follaje. Cuando quedaba limpio el tronco, que constituiría la viga en sí, se efectuaba un agujero transversal mediante una barrena de grandes dimensiones en su extremo más grueso. Por este ... (ver texto completo)
PARTE 1ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-
Antes de nada nos situaremos en el tiempo: Las viviendas de Cabañas del Castillo sobre las que hablaremos tuvieron lugar en un periodo cuyo arranque es difícil determinar, siendo en cualquier caso posterior al siglo XII o XIII, en el cual las cabañas, chabolas y chozas comenzaron a transformarse en casas mediante una determinada forma de construcción que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Actualmente, mediante la reforma de unas o ... (ver texto completo)
Hola Francisco,
Soy de Bohonal. Me marche con 10 años a Francia pero tengo la suerte de volver con frecuencia. Me ha emcionado tu texto, porque yo tambien creo que es importante recordar nuestras raices.
Si algún dia vuelves, tu o un familiar tuyo, estaré encantado de saludarte en mi pueblo, que es el tuyo.
Hasta siempre Francisco
Gracias Pablo, si tengo la suerte de volver una vez mas a Extremadura, pasare nuevamente por Bohonal. En estos dias tan especial, quiero desearte una Feliz Navidad junto a tu familia. Un abrazo. Francisco desde Rosario-Argentina
Con mucha ilusion fui a conocer el pueblo y en particular la casa donde nacio mi madre Gabina Paniagua Romero el 19 de febrero de 1903. Sus padres, mis abuelos, oriundos de Torremenga de la Vera, al parecer vivieron poco tiempo en Bohonal. Su casa estaba ubicada en calle de los Corralillos s/n, segun reza el acta de nacimiento de mi madre Gabina. Prengunte a varias persona, buscaba que fueran mayores para ver si tenian conocimiento de esa familia que luego volvio a Torremenga, pero no tuve suerte. ... (ver texto completo)
Hola Francisco,
Soy de Bohonal. Me marche con 10 años a Francia pero tengo la suerte de volver con frecuencia. Me ha emcionado tu texto, porque yo tambien creo que es importante recordar nuestras raices.
Si algún dia vuelves, tu o un familiar tuyo, estaré encantado de saludarte en mi pueblo, que es el tuyo.
Hasta siempre Francisco
en este pueblo, izquierda A - V, rio IBOR, embalse de VALDECAÑAS, Y PIZARROSO.
(PARTE 3ª DEL COMENTARIO: LA LUZ EN CABAÑAS….) no en todo momento, pues si las llamas del fuego daban suficiente visibilidad para poder moverse o llevar la cuchara hasta la sartén y de ésta a la boca, aunque fuera en penumbras, se apaga aquél para ahorrar aceite toda vez que era escaso y caro. En esta misma década se comenzó a utilizar en alternancia con el candil de aceite el candil de carburo, tal vez por la proximidad de las minas de San Fernando, donde los mineros los utilizaban para trabajar ... (ver texto completo)
(PARTE 2ª DEL COMENTARIO: LA LUZ EN CABAÑAS….) para los menesteres recaudatorios siempre iban de día y, a ser posible, con sol, y por ello continuó por muchos años la curiosa contradicción de un pueblo que por la belleza del entorno y su altitud podría decirse que estaba en el cielo, mientras que por las noches quedaba inmerso en las tinieblas del infierno. Así las cosas es fácil inferir que debió existir, además del olvido, una posible dejación de funciones, y desde luego una flagrante injusticia ... (ver texto completo)
(PARTE 1ª DEL COMENTARIO: LA LUZ EN CABAÑAS…) Antes de proseguir o comenzar, según se mire, es llegada la hora de presentar disculpas a cualquier posible lector de estos comentarios, pues en sus líneas hay faltas ortográficas, de sintaxis, de dicción, giros indebidos, letras cambiadas, repeticiones de las mismas, otras faltan o sobran y palabras enteras con la misma problemática, etc., y, lo que es peor, que están ahí porque no han sido corregidas; unas por olvido o descuido, otras por falta de tiempo o simple dejación y, no pocas, por desconocimiento. Es por esto por lo que se debe pedir disculpas, no por las faltas en sí, sino por la falta, valga la redundancia, de atención que la no corrección pueda significar hacia el lector, al cual se ruega que ponga más atención sobre el contenido que reflejan que sobre la forma. Sin ánimo de justificación debe decirse que no le es exigido por el juez certificado alguno de estudios al testigo, sino que testifique y diga la verdad, y, de eso es de lo que se trata aquí: De dar testimonio de cómo se desenvolvía un pueblo olvidado en medio de las dificultades propias de las sociedades de una época determinada, y ello contado por quien fue testigo presencial de gran parte de los hechos relatados, no de escribir una obra literaria, ni mucho menos aprobar un examen de Lenguaje en Selectividad que, dicho sea de paso, a estas alturas en las que ya estamos más que seleccionados por la vida misma, el aprobado o el suspenso puede decirse que nos trae al pairo, aunque estemos a él.
Y ahora vayamos al tema que nos ocupa, que no es otro que hablar de la luz como sinónimo de electricidad o fluido eléctrico, tal como se ha utilizado siempre el término por todos aquellos pueblos y también en Cabañas del Castillo, como no podía ser de otra manera.
En cierta ocasión se escuchó contar, dolorosamente y con cierta impaciencia, a un viejo de aquellas tierras, y lo relataba respetuosamente aunque con cierta confusión mental, propia de la edad, que cuando dijo Dios aquello de: -“Hágase la luz”, la luz fue hecha y a la vez creó a Iberduero (hoy Iberdrola), para que se encargara de su distribución, más lo cierto es que Cabañas quedó a oscuras por las noches. Luego su Hijo afirmaría: “Yo soy la luz del mundo”, pero a pesar de que las expectativas de la saga familiar parece que estaban dirigidas a la iluminación total del Planeta, lo cierto es que en Cabañas se continuaba cenando a la luz de un candil de aceite, cuando no a la producida por las llamas de la lumbre, así que para él, la cosa no estaba tan clara, o al menos tan iluminada, como nos decían… “ ¡No sé, no sé!”, terminaba diciendo pensativamente.
Ante este pensamiento inconcluso de aquel hombre con más años que esperanza de ver la luz eléctrica en su pueblo y con una cierta confusión mental en cuestiones de iluminación, debemos añadir, por ser quizá un buen final a sus planteamiento, que el gran cantautor argentino Héctor Roberto Chavero Aramburo, más conocido como Atahualpa Yupanki (en quechua quiere decir “el que viene desde lejos para hablar”), habla cantando y en una de sus canciones titulada “Las Preguntitas”, que trata sobre las preguntas que un niño hace a su abuelo y a su padre sobre Dios, en la última estrofa concretamente dice: - ¿”Que Dios cuida de los pobres?.../ tal vez sí…, o tal vez no….,/ ¡pero es seguro que almuerza en la mesa del patrón!”.
Y probablemente estuviera en lo cierto Atahualpa y fuera seguro que tan importante Señor almorzara en la mesa del patrón, y éste, necesitado de gran cantidad de energía se quedó con toda, y aquél no pudo negársela, ni siquiera unos pocos vatios para Cabañas que continuó a oscuras por muchos años. Los almuerzos gratuitos suelen tener contrapartidas y servidumbres ineludibles para todos, dioses y humanos.
Poco a poco se fueron electrificando todos los pueblos de la redonda. A unos les llegó antes y a otros después, incluso algunos al principio sólo tuvieron electricidad durante unas horas por las noches –como ocurrió en Solana-, pero en todo caso se olvidaron de Cabañas. Como suele decirse popularmente, parece que de este pequeño pueblo se olvidó hasta Dios, que en definitiva es lo que trataba de expresar el viejo al que antes se ha hecho referencia, y desde luego, sí que lo hicieron las empresas eléctricas y la Administración; desde la lejana Administración Central hasta la Provincial y la más próxima a los municipios –teóricamente al menos- de la Diputación Provincial. Y mientras todos se olvidaban, sus habitantes desde la alturas donde vivían, divisaban por la noche en las poblaciones visibles a su alrededor luces eléctricas encendidas, y cuando alguien que no era del pueblo pernoctaba en el mismo, de inmediato le explicaban a qué población correspondían las mismas… “Aquellas luces que se ven allá, a lo lejos, con mucho resplandor, son de Cáceres, de por la plaza de toros, o por allí”. “Aquellas otras, un poco más a la izquierda, son de Sierra de Fuentes, un pueblo que está muy cerca de Cáceres, ya sabe”. “De Trujillo, que está a la mitad de camino, no se ve ninguna, pero mire el resplandor que sale hacia arriba de tantas luces como hay”. “Estás que se ven aquí, de frente, son de Jaraicejo”. Luego bajaban la voz y acababan diciendo: “Esas que están ahí, a un paso, son las de Retamosa”. Pausa. “Nosotros como no las tenemos no nos ve nadie desde ningún sitio. Si las tuviéramos, con lo altos que estamos nos vería medio mundo... No, aquí no nos pica la curiana” (*). Ellos las veían todas, incluso las de Retamosa, a sólo3 kms sobre la línea visual, pero ellos no las tenían.
(*) Esta curiosa frase, referida a la altura en la que se enclava Cabañas, irónica y enfáticamente expresada “no, aquí no”, la introducían en cualquier conversación siempre que podían. Tiene su origen en la cría de los polluelos. Si éstos al nacer se quedaban en el suelo, el calor de la mamá clueca no era suficiente para compensar la humedad y el frío de la tierra, por lo que morían fácilmente. Por la mañana cuando la señora regresaba del gallinero: -“Esta noche la puta curiana a picao a cinco pollinos y están más tieso que un ajo. Velaquí (he aquí)”. Decía mostrando los animales arrecidos. La señora había visto los cadáveres rodeados de curianas, como llamaban a las cucarachas, pues se movían en bandadas entre los excrementos de las gallinas, y las hacía responsables por picadura de la mortandad de los pollitos. A la noche siguiente metía a éstos y a la clueca en un cesto con paja y los ponía en alto “donde no subiera la curiana”, y ya no morían más. La seguridad de la altura les había salvado. Esa es precisamente la implicación psicológica que contenía dicha frase, pues es indudable que este pueblo siempre debió sentir desde siempre cierta seguridad por vivir en lo alto de una montaña. Seguridad que expresaban a la menor oportunidad y con la que, de alguna manera, trataban de compensar otras deficiencias, aunque no dejaba de reflejar también resignación, y eso no era muy positivo.
Hecha la anterior aclaración, diremos que no obstante, de vez en cuando, todos los entes citados, como por una especie o arte de iluminación astral, les volvía la memoria y se acordaban momentáneamente de que existía Cabañas, llegando entonces con el brazo extendido y la palma de la mano hacia arriba para recaudar prebendas, impuestos, contribuciones, recargos y demás… a lo que sus escasos habitantes, aunque pobres en extremo, respondían como cualquier otro español y con el mismo tipo de moneda o especie, en su caso. Incluso, cuando les fue exigido, contribuyeron con lo mejor que tenían, con sus propios hijos, pues en torno a una docena de hombres, proporción muy elevada teniendo en cuenta el número de habitantes, se vio en las trincheras de la Guerra Civil pegando tiros para uno u otro lado; los primeros –los de, para uno- forzosos, obedeciendo al engaño impuesto por la fuerza, y los segundos –los de, u otro lado- voluntarios, obedeciendo a la fuerza impuesta por el engaño. Pero como los flashes astrales son pasajeros al poco volvían los olvidos y nadie se dio, o nadie se quiso dar, cuenta que Cabañas estaba a oscuras en pleno siglo XX, cuando ya las tecnologías, entre otras: Eléctrica, electrónica, informática y robótica, aunque incipientes estas dos últimas, habían permitido al animal humano pisar la luna y regresar. Claro que era fácil de comprender que anduvieran olvidados y no se percataran de las oscuridades, ya que...../.... ... (ver texto completo)
Ruego si tienen alguna informacion de venta de chalet en buen precio por esas zonas, me lo digan. Lo mismo alquiler largo plazo. Gracias
¡Hola Antonio! He visto su mensaje en la página web de pueblos de españa, y aunque es del 2008 me pongo en contacto con usted para saber si sigue interesado en comprar una casa en valdecañas del tajo (cáceres) concretamente en el poblado que hay antes de llegar al pueblo. Tiene vistas impresionantes al Tajo. Si sigue interesado o quiere más información sobre la casa aunque sea para alquiler no dude en ponerse en contacto conmigo. Un saludo =)
Javi aunque un poco con retraso contacto contigo para decirte que aun quedan descendientes directos de Basilio y Gregoria que asi se llamaban los abuelos. La última de las hijas vive con noventa años en còrdoba España. Hicimos el viaje y fué una satisfacción encontrar algunos familiares, todos ellos unas personas excelentes. Volveremos.
Hola Antonio, intenta mandarme un mail a frizalva@terra. es y nos ponemos en contacto y hablamos porque no tengo tu mail, de esta manera vemos los vinculos que podamos tener con el tema de los Osado.
Hola Antonio, Yo tambien soy Osado de 6º apellido y abrí hace poco un nuevo foro en Foros de discusión Deleitosa. com, (El Emigrante >> ALVARADOS DE DELEITOSA Y DESCENDIENTES DEL MUNDO) que trata de enlazar a todos los Alvarado descendientes de Deleitosa (incluidos los Argentinos etc), en ese foro está mi mail para contactar directamente y tener datos para recoger y para darte a medida que vayamos localizando. Tambien estoy con el tema de los Osados, y espero tu contacto para ayudarnos mutuamente.
Espero ... (ver texto completo)
Javi aunque un poco con retraso contacto contigo para decirte que aun quedan descendientes directos de Basilio y Gregoria que asi se llamaban los abuelos. La última de las hijas vive con noventa años en còrdoba España. Hicimos el viaje y fué una satisfacción encontrar algunos familiares, todos ellos unas personas excelentes. Volveremos.
(MÉDICOS, MEDICINAS Y REMEDIOS, 5ª Y ÚLTIMA PARTE).-
Si la herida era pequeña, como erosiones o pequeñas incisiones, el remedio más a mano era orinar sobre la misma y se la dejaba al aire. Si la cosa era más seria se solía colocar un vendaje oclusivo con una simple tira de trapo que se quitaba y volvía a colocar tantas veces como se orinase, hasta conseguir la cicatrización. Si sangraba demasiado y no había trapo a mano, se buscaba una telaraña y se aplicaba hasta conseguir la coagulación de la sangre y que dejara de sangrar.
Eran frecuentes los pinchazos, sobre todo entre los jarales, pues las jaras secas tronzan dejando afiladas ajugas que se clavan al menor contacto y además se infectan con mucha facilidad por lo que estos “garranchazos”, requerían un tratamiento especial. Para ello, cuando se mataba el cerdo para hacer la matanza se le extraía la verga completa, la cual se solía colgar del postigo de la puerta de entrada a la casa o cualquier estaca clavada en la pared exterior, próxima a dicha puerta, y se dejaba secar. Cuando se producían los citados “garranchazos” con las jaras, se procedía a extraer de la verga, ya seca, la grasa y materia interior, la cual se aplicaba sobre la herida producida por el pinchazo y a continuación se vendaba, repitiendo la operación varias veces hasta la total curación. También se utilizaba la hiel del cerdo de la misma manera y para el mismo fin.
Si como consecuencia de la importancia de la herida o de las prácticas curanderas fallidas se producía una infección demasiado severa, tras de haber hecho todo cuanto era posible, se acudía al médico, quien primero con sulfamidas y después con antibióticos trataba de reparar el daño. (Los primeros antibióticos que llegaron por estas tierras, allá a mediados de los años 50, eran unas cajas con tres tarros de polvo y tres ampollas con agua estéril para inyectar, cuyo nombre comercial era Acucilina 3x300).
Los huesos rotos no se tocaban en absoluto. Se limitaban a coger al fracturado y montarlo en una caballería para llevarlo hasta Deleitosa, pueblo situado más allá de Retamosa y a 15 kms de Cabañas, donde el tío Antolín se encargaba en un momento de colocar debidamente los huesos, inmovilizándolos a continuación con cartones colocados a su alrededor y fijados con un hiladillo, que venía a sustituir a la actual escayola. El tío Antolín fue un hombre tan famoso como hábil en este campo, pues fueron muchos los huesos que reparó en todos aquellos pueblos y otros más lejanos, y como siempre que alguien hace algo siendo su ciencia o saber desconocidos por lo demás aparece la dimensión teológica, la gente decía que “tenía gracia” para ello, queriendo significar que había recibido algún don divino, lo que él negaba rotundamente, explicando que sus conocimientos sobre huesos los había aprendido viendo los de aquellos animales que sacrificaba y descuartizaba para su venta, pues era carnicero.
Cataplasmas de mostaza, ventosas, sanguijuelas, agua de Carabaña, aceite de ricino- utilísimo éste para purgarse la población en general al llegar todas las primaveras-, perejil -utilizado a manera de “la píldora del día después”-, tisanas de todo cuanto podía ser hervido, Zotal cuando apareció en el mercado –es un desinfectante fortísimo usado en ganaderías y establos, si bien aquí se usaba directamente sobre las heridas e infecciones de las personas, tales como oídos que supuraban, etc., … Se podría seguir conformando indefinidamente un listado de remedios o medicinas caseras, pues los había para todo y para todos. Unos sólo utilizaban plantas con principios activos que la Química sintetizaría más tarde para fabricar algunas medicinas actuales, otros eran inocuos, otros conseguían su objetivo por el simple efecto placebo, algunos eran simples barbaridades derivadas del desconocimiento, y, no pocos, entre todos ellos, merecerían un profundo estudio psicológico.
Si hechos todos los remedios naturales disponibles, no se conseguía la curación, aún quedaba otra solución, otro remedio, al que la inmensa mayoría de las veces que se llegaban a estos extremos acudían las mujeres desde su posición de madres, esposas, hermanas… y eran las rogativas y promesas al Santo o Virgen de su devoción. En Cabañas concretamente acudían siempre en primera instancia a la Patrona, La Virgen de la Peña y si por cualquier causa no resolvía favorablemente, en apelación recurrían a la cercana de Guadalupe, que era gran hacedora de toda clase de milagros, todo ello a cambio de promesas y hábitos que vestían durante meses o años, mientras el marido bufaba y juraba en arameo, pues una de las servidumbres del hábito era la abstinencia carnal mientras se llevara el mismo; mas, si alguien dijo en cierta ocasión que “París bien vale una misa”, por qué una curación milagrosísima no iba a valer un hábito… y lo demás, por duro que fuera el demás. Claro que lo auténticamente duro y puñetero era cuando a mitad del tiempo con el hábito puesto el enfermo dejaba de percibir la vibraciones milagrosas y “estiraba la pata” o “amanecía con la risa del conejo”, como solían decir, y encima había que terminar el tiempo de hábito y abstinencia para no enojar al Santo en cuestión, cosa que no se le solía ocurrir pues en general la palabra dada era ley, pero si se producía algún desliz, cosa normal pues aunque gente dura y firme no eran de piedra, y el Santo se enojaba, de inmediato la mujer afectada sacaba su condición de hembra carpetovetónica y con un simple pareado ponía las cosas –y al Santo también- en su sitio al instante: “Santo que rezándole está enojao, con no rezarle se está acabao”. Replicando el marido con la alegría que cabía, dadas las circunstancias, reflejada en el rostro: “Pos eso, a ver si encima de cornús, apaleaos”. Se cambiaba el hábito por el luto riguroso, que no tenía servidumbres tan rígidas, y se metía al primero en un baúl donde acababa comido por la polilla y olvidado, pues para lo que había valido no merecía mejor trato.
Por hoy es suficiente. Sólo resaltar cuánta sabiduría popular implican estas pequeñas cosas transmitidas de generación en generación a través de siglos, pero estas pequeñas cosas de estos pequeños pueblos, sean tal vez las que los hacen diferentes, entrañables y acogedores, casi tanto como sus propios habitantes. ... (ver texto completo)
(MÉDICOS, MEDICINAS Y REMEDIOS, 4ª PARTE).-
necesario se hacía un vendaje para que no se cayeran. También se aplicaba manteca de cerdo, aceite de oliva, miel y en ocasiones, cuando las ampollas se reventaban, bicarbonato sódico.
Tisanas de malva, orégano, higos secos, culantrillo y otras hiervas, se usaban contra la tos, los catarros y las afonías, y contra éstas, además, gárgaras con agua caliente y miel, aunque el remedio estrella para estas dolencias era leche muy caliente con miel y coñac, ... (ver texto completo)