Dedicado a todo un
pueblo.
Es la última frontera, ese territorio inhóspito, al borde de lo desconocido donde solo algunos son capaces de sobrevivir. Tierra dura y extrema en lo que durante muchos años fue la frontera más extensa que tuvo nuestro país. En la provincia de
Cáceres, a apenas 20 km de
Portugal, a otros tantos de
Badajoz y muy cerquita de
Alcántara donde ya los
romanos pusieron su puesto de control, casi fronterizo hacia el más allá.
Es en ese
rincón del mundo donde está
Salorino.
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