ESCRITO DEDICADO A TÍTULO PÓSTUMO
A UNA GRANDE DE ESPAÑA
¡Respetada Señora Duquesa de Alba! Yo he sentido siempre una gran admiración por su persona (como creo al igual que todos los españoles) por su amabilidad, simpatía, generosidad y aportación en todos los actos relacionados con motivos de recaudación en rifas puestos de ventas, y demás eventos siempre que sus beneficios fuesen destinados para subsanar a cualquier obra benéfica u otras necesidades de humanidad: pero bueno, como dice el viejo refrán castellano “No hay atajo sin trabajo” puesto que este su desinteresado comprometido en sus aportaciones económicas en todas sus comparecencias con su actividad y noble comportamiento, también le ha proporcionado muchos y sociales beneficios con los que la mayoría de los ciudadanos no hemos tenido la gran suerte de contar.
Vino a este mundo en el seno de una familia de aristócratas y adinerada a tope, con todo el porvenir y demás necesidades resueltos: desde muy niña comenzó a ser una persona totalmente independiente, disfrutando de todos sus caprichos sin tener nunca nadie a su alrededor que le llevase la contraria sobre sus antojos, rebeldía y demás: o sea, lo que se dice una vida hecha completamente a su medida: se casó tres veces tuvo seis hijos, ha vivido una vida plena de acontecimientos en su forma de ser, disfrutando de todo aquello que tanta ilusión le hacía, como asistir a bailes vestida de flamenca, corrida de toros, torear a caballo en sus tiempos jóvenes, asistir al futbol con su Betis, viajar por todas partes de Europa y demás (perdone mi osadía pero lo tengo que decir) ha realizado más kilómetros que Baúl de la “Piqué” y como no, lo más importante para Vd. acudir a todos aquellos lugares donde comer, beber, bailas y montar en carrozas engalanadas y vestida de flamenca como la feria de Sevilla, donde se encontraba en su salsa, rodeada de sus paisanos Sevillanos por su simpatía y amabilidad, ganándose el respeto de todos los andaluces (al igual que el que suscribe) a pesar de no haber tenido la oportunidad de haberla conocido personalmente, por su amabilidad y la forma de llevar la vida a su manera, llena de placeres y alegría, como la que Vd. por su comportamiento en la que termina de abandonar se merecía ¿Qué más se puede pedir?
Yo sin otro particular desde estas mis humildes líneas, solo me queda que desearle todo lo mejor en este su último viaje, el cual tendremos que emprender en su día el resto de los humanos, que no es otra cosa que el descanso eterno, en el lugar que él nuestro Señor, halla elegido a su lado para toda la eternidad.
D. E. P. Doña Cayetana Duquesa de Alba. Hasta siempre.
A UNA GRANDE DE ESPAÑA
¡Respetada Señora Duquesa de Alba! Yo he sentido siempre una gran admiración por su persona (como creo al igual que todos los españoles) por su amabilidad, simpatía, generosidad y aportación en todos los actos relacionados con motivos de recaudación en rifas puestos de ventas, y demás eventos siempre que sus beneficios fuesen destinados para subsanar a cualquier obra benéfica u otras necesidades de humanidad: pero bueno, como dice el viejo refrán castellano “No hay atajo sin trabajo” puesto que este su desinteresado comprometido en sus aportaciones económicas en todas sus comparecencias con su actividad y noble comportamiento, también le ha proporcionado muchos y sociales beneficios con los que la mayoría de los ciudadanos no hemos tenido la gran suerte de contar.
Vino a este mundo en el seno de una familia de aristócratas y adinerada a tope, con todo el porvenir y demás necesidades resueltos: desde muy niña comenzó a ser una persona totalmente independiente, disfrutando de todos sus caprichos sin tener nunca nadie a su alrededor que le llevase la contraria sobre sus antojos, rebeldía y demás: o sea, lo que se dice una vida hecha completamente a su medida: se casó tres veces tuvo seis hijos, ha vivido una vida plena de acontecimientos en su forma de ser, disfrutando de todo aquello que tanta ilusión le hacía, como asistir a bailes vestida de flamenca, corrida de toros, torear a caballo en sus tiempos jóvenes, asistir al futbol con su Betis, viajar por todas partes de Europa y demás (perdone mi osadía pero lo tengo que decir) ha realizado más kilómetros que Baúl de la “Piqué” y como no, lo más importante para Vd. acudir a todos aquellos lugares donde comer, beber, bailas y montar en carrozas engalanadas y vestida de flamenca como la feria de Sevilla, donde se encontraba en su salsa, rodeada de sus paisanos Sevillanos por su simpatía y amabilidad, ganándose el respeto de todos los andaluces (al igual que el que suscribe) a pesar de no haber tenido la oportunidad de haberla conocido personalmente, por su amabilidad y la forma de llevar la vida a su manera, llena de placeres y alegría, como la que Vd. por su comportamiento en la que termina de abandonar se merecía ¿Qué más se puede pedir?
Yo sin otro particular desde estas mis humildes líneas, solo me queda que desearle todo lo mejor en este su último viaje, el cual tendremos que emprender en su día el resto de los humanos, que no es otra cosa que el descanso eterno, en el lugar que él nuestro Señor, halla elegido a su lado para toda la eternidad.
D. E. P. Doña Cayetana Duquesa de Alba. Hasta siempre.