Como
San Martín no hay lugar; lo conozco desde que nací, he pasado largas temporadas allí, he pasado todos mis
veranos fantásticos de la adolescencia, ahora lo vivo de otra manera, disfruto más de lo que tiene alrededor, saboreo más su
historia...San Martín se vive siempre, de distinta forma, pero cada vez con más intensidad. Debemos cuidarlo entre todos, hasta el fin de los días.TX.