Viví, dormí, soñé y hasta he creado
—pensó Martín, ya turbia la pupila—
Un hombre que vigila
El sueño, algo mejor que lo soñado.
Mas si un igual destino
Aguarda al soñador y al vigilante,
A quien trazó caminos,
Y a quien siguió caminos, jadeante,
Al fin, sólo es creación tu pura nada,
Tu sombra de gigante,
El divino cegar de tu mirada.
—pensó Martín, ya turbia la pupila—
Un hombre que vigila
El sueño, algo mejor que lo soñado.
Mas si un igual destino
Aguarda al soñador y al vigilante,
A quien trazó caminos,
Y a quien siguió caminos, jadeante,
Al fin, sólo es creación tu pura nada,
Tu sombra de gigante,
El divino cegar de tu mirada.