SANTA CRUZ DE LA SIERRA: CARLOS Elordi (periodista) 14/06/2012...

CARLOS Elordi (periodista) 14/06/2012

La pregunta que el Gobierno sigue sin contestar, ni siquiera de la manera falaz con que ha respondido las demás, es la de por qué, si el rescate es tan bueno como dice, se negó a pedirlo y han tenido que imponérselo. Y ese silencio oculta las muchas dudas que el salvamento de la banca española ha generado entre buena parte de los expertos. Porque más allá del fracaso personal y político que supone para Rajoy --su imprevisión y su incapacidad para entender lo que pasa ya son vox pópuli--, la demanda de ayuda exterior constituye un golpe terrible a la imagen de nuestro país. Porque confirma que carecemos de medios propios para hacer frente a la crisis bancaria o a cualquier otra y que nuestra suerte depende de la importancia que una Europa al borde del abismo decida atribuir en cada momento a la salvación de España: el sábado pasado consideró que ahora eso es necesario para salvaguardar los intereses colectivos, sobre todo los de sus bancos. Pero ¿quién puede asegurar que vaya a volver a pensarlo si las cosas se ponen feas otra vez?

Muchos especialistas creen que esta última hipótesis es muy plausible. Que los 100.000 millones de euros más que ahora debemos harán muy difícil, si no imposible, que un país cuya deuda pública y privada suma más de un 320% de su PIB pueda financiarse en los mercados. Y, mentiras oficiales aparte, seguimos necesitando mucho dinero: en la prensa extranjera empieza a hablarse de que España podría tener que renunciar a pagar una parte de su deuda.

Europa ha ganado algún tiempo --veremos si lo de Grecia no lo acorta dramáticamente--, pero España no. Y lo previsible es que aquí las cosas empeoren. El Gobierno ya no podrá hacer apaños presupuestarios o de calendario a fin de retrasar el cumplimiento de los objetivos de déficit marcados por Bruselas. Ahora no le van a dejar ni pestañear y tendrá que recortar aún más a lo bestia de lo que lo ha hecho hasta ahora. Solo para cumplir lo acordado. Y puede que lleguen nuevas condiciones.
Saluda la piel de naranja.