17/06/2012
Con la llegada de la crisis asistimos a la codicia más descarada e indigna del sector bancario, amparado en que el código penal español no penaliza la usura. Además de haber contribuido al incremento de la crisis, inflando aún más la burbuja inmobiliaria, ahora, para recaudar dinero y sanear su mala gestión, sacan al mercado un producto complejo que, unido a una información a medias y dirigido a personas mayores principalmente, son ganancias seguras. A pesar de que el ministro De Guindos reconociera que "las participaciones preferentes fueron un gran engaño" y que el fiscal general del Estado, señor Torres Dulce barajara presentar una demanda por Consumo, la realidad es la de siempre: el humilde ahorrador sin su dinero y sin esperanzas de recuperarlo, al menos a corto plazo. Resulta triste que a pesar de que nuestra Constitución garantiza la defensa de los consumidores y usuarios, el poder de la banca hace que nos sintamos desprotegidos y sin justicia, al menos moral, estando el futuro de miles de jubilados en manos de usureros
Jesús E. Víctor **
Correo electrónico
Saluda la piel de naranja.
Con la llegada de la crisis asistimos a la codicia más descarada e indigna del sector bancario, amparado en que el código penal español no penaliza la usura. Además de haber contribuido al incremento de la crisis, inflando aún más la burbuja inmobiliaria, ahora, para recaudar dinero y sanear su mala gestión, sacan al mercado un producto complejo que, unido a una información a medias y dirigido a personas mayores principalmente, son ganancias seguras. A pesar de que el ministro De Guindos reconociera que "las participaciones preferentes fueron un gran engaño" y que el fiscal general del Estado, señor Torres Dulce barajara presentar una demanda por Consumo, la realidad es la de siempre: el humilde ahorrador sin su dinero y sin esperanzas de recuperarlo, al menos a corto plazo. Resulta triste que a pesar de que nuestra Constitución garantiza la defensa de los consumidores y usuarios, el poder de la banca hace que nos sintamos desprotegidos y sin justicia, al menos moral, estando el futuro de miles de jubilados en manos de usureros
Jesús E. Víctor **
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Saluda la piel de naranja.