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29/06/2012
Con frecuencia vemos en televisión imágenes de las reuniones de los políticos, altos ejecutivos y demás. Todos aparecen sonrientes y bromistas como niños en un parque, ajenos a la realidad y al día a día que los demás mortales estamos condenados a sufrir por las decisiones que ellos toman. ¿De qué se rien? ¿De las familias en las que no entra ni un solo sueldo y se ven obligados a acudir a comedores sociales para poder sobrevivir? ¿De las familias que duermen en la calle porque han perdido su vivienda (por la voracidad de los bancos) y no tienen un techo donde refugiarse? ¿De nuestros mayores que trabajaron en condiciones extremas, durante décadas para sacar un miserable jornal y que ahora ven reducida su pensión con el agravante de pago de medicinas que hará que mucho de ellos lleguen justos a final de mes? ¿De que la sanidad y la educación vuelva a ser cosa de ricos? ¿Se ríen de quienes protestan en la calle con lágrimas en los ojos porque ven peligrar el futuro de sus vidas y la de sus hijos?
Se ríen porque la crisis no va con ellos, se ríen porque nos creemos todo lo que prometen en campaña para hacer, inmediatamente después, lo contrario de lo que dijeron. Sigan, sigan riéndose, sigan alimentando a la bestia de los mercados a la que quitaron las cadenas sin calcular sus consecuencias, pero tengan en cuenta una cosa: esa bestia no sólo se alimenta de ciudadanos, también, se está alimentando de políticos y altos ejecutivos. Pregunten a los ciudadanos qué piensan de ustedes y sabrán por qué digo esto, sigan riéndose. Pero por favor, no se rían de la pobreza que ustedes están creando, detrás de todo eso hay seres humanos que lo único que quieren es llevar una vida sencilla y tranquila.
Javier Puerto Rodríguez **
Acebo
Con frecuencia vemos en televisión imágenes de las reuniones de los políticos, altos ejecutivos y demás. Todos aparecen sonrientes y bromistas como niños en un parque, ajenos a la realidad y al día a día que los demás mortales estamos condenados a sufrir por las decisiones que ellos toman. ¿De qué se rien? ¿De las familias en las que no entra ni un solo sueldo y se ven obligados a acudir a comedores sociales para poder sobrevivir? ¿De las familias que duermen en la calle porque han perdido su vivienda (por la voracidad de los bancos) y no tienen un techo donde refugiarse? ¿De nuestros mayores que trabajaron en condiciones extremas, durante décadas para sacar un miserable jornal y que ahora ven reducida su pensión con el agravante de pago de medicinas que hará que mucho de ellos lleguen justos a final de mes? ¿De que la sanidad y la educación vuelva a ser cosa de ricos? ¿Se ríen de quienes protestan en la calle con lágrimas en los ojos porque ven peligrar el futuro de sus vidas y la de sus hijos?
Se ríen porque la crisis no va con ellos, se ríen porque nos creemos todo lo que prometen en campaña para hacer, inmediatamente después, lo contrario de lo que dijeron. Sigan, sigan riéndose, sigan alimentando a la bestia de los mercados a la que quitaron las cadenas sin calcular sus consecuencias, pero tengan en cuenta una cosa: esa bestia no sólo se alimenta de ciudadanos, también, se está alimentando de políticos y altos ejecutivos. Pregunten a los ciudadanos qué piensan de ustedes y sabrán por qué digo esto, sigan riéndose. Pero por favor, no se rían de la pobreza que ustedes están creando, detrás de todo eso hay seres humanos que lo único que quieren es llevar una vida sencilla y tranquila.
Javier Puerto Rodríguez **
Acebo