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IGNACIO Escolar 08/07/2012
TPt arafraseando a Spiderman, un gran sueldo conlleva una gran responsabilidad. Un argumento del estilo solían utilizar algunos de los consejeros de grandes empresas y bancos cuando se cuestionaba su alta remuneración. Por eso es justo que esa responsabilidad se aplique cuando las cosas van mal; por eso es imprescindible para la salud democrática del país que los consejeros de Bankia --que se repartieron más de 14 millones entre 33 personas solo en el 2011 por un trabajo a tiempo parcial-- den sobradas explicaciones ante el juzgado y aclaren qué ha pasado para que este banco, que tan bien les pagó por su gestión, nos deje a todos los contribuyentes un agujero de 23.500 millones, 500 euros por cabeza. No aclarar esta inmensa quiebra económica y moral no solo sería injusto y abusivo para los ciudadanos y para esos accionistas minoritarios a los que convencieron para ser bankeros y ahora no les queda ni la k. No investigar las cuentas de Bankia hasta el final es suicida para la estructura institucional del país porque no hay en España un político o un líder, ni mucho menos Rajoy, con la capacidad de explicar a los ciudadanos que deben aceptar durísimos sacrificios en sus sueldos, en sus pensiones, en su sanidad, en su sistema educativo y en sus impuestos mientras los responsables del hundimiento de nuestro sector financiero quedan impunes.
La Audiencia Nacional, a petición de Unión Progreso y Democracia (UPyD) --el único partido que ha tenido el reflejo de hacer lo que exigía medio país--, va a depurar las responsabilidades que el Partido Popular en el Congreso se negó a investigar. Decía Luis de Guindos que no había que "mirar al pasado" porque te conviertes en una "estatua de sal". Decía Celia Villalobos que investigar lo ocurrido en Bankia "no arregla el problema". Decía María Dolores de Cospedal que "hasta para pedir responsabilidades hay que ser responsable". Decía el PP que había que "mirar hacia adelante porque ±no era el momento".
Ese momento, le guste o no al Gobierno, ha llegado ya.
IGNACIO Escolar 08/07/2012
TPt arafraseando a Spiderman, un gran sueldo conlleva una gran responsabilidad. Un argumento del estilo solían utilizar algunos de los consejeros de grandes empresas y bancos cuando se cuestionaba su alta remuneración. Por eso es justo que esa responsabilidad se aplique cuando las cosas van mal; por eso es imprescindible para la salud democrática del país que los consejeros de Bankia --que se repartieron más de 14 millones entre 33 personas solo en el 2011 por un trabajo a tiempo parcial-- den sobradas explicaciones ante el juzgado y aclaren qué ha pasado para que este banco, que tan bien les pagó por su gestión, nos deje a todos los contribuyentes un agujero de 23.500 millones, 500 euros por cabeza. No aclarar esta inmensa quiebra económica y moral no solo sería injusto y abusivo para los ciudadanos y para esos accionistas minoritarios a los que convencieron para ser bankeros y ahora no les queda ni la k. No investigar las cuentas de Bankia hasta el final es suicida para la estructura institucional del país porque no hay en España un político o un líder, ni mucho menos Rajoy, con la capacidad de explicar a los ciudadanos que deben aceptar durísimos sacrificios en sus sueldos, en sus pensiones, en su sanidad, en su sistema educativo y en sus impuestos mientras los responsables del hundimiento de nuestro sector financiero quedan impunes.
La Audiencia Nacional, a petición de Unión Progreso y Democracia (UPyD) --el único partido que ha tenido el reflejo de hacer lo que exigía medio país--, va a depurar las responsabilidades que el Partido Popular en el Congreso se negó a investigar. Decía Luis de Guindos que no había que "mirar al pasado" porque te conviertes en una "estatua de sal". Decía Celia Villalobos que investigar lo ocurrido en Bankia "no arregla el problema". Decía María Dolores de Cospedal que "hasta para pedir responsabilidades hay que ser responsable". Decía el PP que había que "mirar hacia adelante porque ±no era el momento".
Ese momento, le guste o no al Gobierno, ha llegado ya.