El Horno del Drago.
La leyenda es una narración tradicional que incluye elementos ficticios, a menudo sobrenaturales y que se pasan de generación en generación.
El mito un relato de hechos, cuyos personajes sobrenaturales (dioses, monstruos) o (héroes).
En Extremadura hay varios mitos y leyendas; Preocuparon a la ciudadanía, emplazamientos, estando designados a guaridas de monstruos o estraños seres condenados a vivir en perpetua reclusión.
Una de las leyendas mitológicas mas antigua e inverosímil la voracidad del supuesto " Drago" o Dragón que existía en las proximidades de Santa Cruz de Paniagua y la pedanía del Bronco, que el libro "Supersticiones Extremeñas" publicado en 1902 por Publio Hurtado textualmente escribe lo siguiente:
"A la mitad del camino que conduce desde Pozuelo a Santa Cruz de Paniagua, a unos 200 metros a la izquierda de la vía y en el cerro de la "Bardera", existe un enorme peñasco de forma cónica, con la figura del trozo de un puente, de un solo ojo, de tres metros aproximadamente de elevación por dos de anchura y de cuya clave pende una enorme argolla de hierro, subiendo un poco por las sinuosidades de la peña se ve una caverna medio oculta en las angulosidades de la pizarra, de regular profundidad denominada “El Horno del Drago”.
El drago o dragón era un gigante monstruoso, que tenía la cabeza y brazos de hombre y el resto del cuerpo de basilisco. Cuando sentía hambre, daba unos bramidos tan fuertes que se oían a dos leguas a la redonda que atemorizaban a los habitantes de la comarca, quienes, para aplacarlo, le llevaban una vaca o varios carneros, que el monstruo mataba y colgaba de la argolla tal presente, que devoraba en crudo, no le duraba mas que un día y al siguiente se repetían los bramidos y ofrendas.
Esta voracidad concluyo con la ganadería de la comarca, que empezaba a desarrollarse, y no habiendo reses que engullir, acometió y se zampo a los pobladores de la alta Extremadura, cuando dio fin de ellos, bajo a la provincia de Badajoz e hizo lo propio. Luego despobló la Andalucía y, y por fin, siempre buscando alimento, paso al África de donde nunca mas volvió".
Otra versión menos fantástica, señala que en realidad era una persona que había enloquecido, tomando una actitud agresiva, por lo cual sus familiares lo tenían confinado en la referida cueva amarrado con una cadena a la argolla, desde donde emitía gritos aterradores, estos le llevaban comida y fueron los que entendieron la leyenda de la existencia del "monstruo" para ahuyentar y mantener alejado a vecinos y curiosos.
El lugar pese a estar señalizado en los mapas, no es muy conocido.
La "Peña del Drago" en realidad son dos peñascos ubicados en lo mas alto del cerro, en uno de ellos se encuentra la cueva o guarida, que concuerda totalmente con lo publicado en el referido libro (pero donde ya no esta la famosa argolla); colindante a ella se encuentra lo mas llamativo del lugar el "Horno", un curioso hueco en le interior de la roca, formado por capricho de la naturaleza, con semejanza a los hornos tradicionales.
Su boca pequeña semejante a un trapecio, esta a unos dos metros del suelo, sus dimensiones interiores son de unos 3 metros de largo por dos de anchos y unos 90 cm, de altura, presentando signos de haber sido utilizado
La cueva o guarida del "mitológico drago" sirvió de refugio en distintas épocas a bandoleros y malhechores, debida a que por su posición estratégica se domina todo el entorno, ofreciéndoles por ello aparente serenidad.
Desde las peñas se divisa un bonito paisaje de los alrededores, por lo cual se recomienda, que sea visitada.
Sixto Rivas
La leyenda es una narración tradicional que incluye elementos ficticios, a menudo sobrenaturales y que se pasan de generación en generación.
El mito un relato de hechos, cuyos personajes sobrenaturales (dioses, monstruos) o (héroes).
En Extremadura hay varios mitos y leyendas; Preocuparon a la ciudadanía, emplazamientos, estando designados a guaridas de monstruos o estraños seres condenados a vivir en perpetua reclusión.
Una de las leyendas mitológicas mas antigua e inverosímil la voracidad del supuesto " Drago" o Dragón que existía en las proximidades de Santa Cruz de Paniagua y la pedanía del Bronco, que el libro "Supersticiones Extremeñas" publicado en 1902 por Publio Hurtado textualmente escribe lo siguiente:
"A la mitad del camino que conduce desde Pozuelo a Santa Cruz de Paniagua, a unos 200 metros a la izquierda de la vía y en el cerro de la "Bardera", existe un enorme peñasco de forma cónica, con la figura del trozo de un puente, de un solo ojo, de tres metros aproximadamente de elevación por dos de anchura y de cuya clave pende una enorme argolla de hierro, subiendo un poco por las sinuosidades de la peña se ve una caverna medio oculta en las angulosidades de la pizarra, de regular profundidad denominada “El Horno del Drago”.
El drago o dragón era un gigante monstruoso, que tenía la cabeza y brazos de hombre y el resto del cuerpo de basilisco. Cuando sentía hambre, daba unos bramidos tan fuertes que se oían a dos leguas a la redonda que atemorizaban a los habitantes de la comarca, quienes, para aplacarlo, le llevaban una vaca o varios carneros, que el monstruo mataba y colgaba de la argolla tal presente, que devoraba en crudo, no le duraba mas que un día y al siguiente se repetían los bramidos y ofrendas.
Esta voracidad concluyo con la ganadería de la comarca, que empezaba a desarrollarse, y no habiendo reses que engullir, acometió y se zampo a los pobladores de la alta Extremadura, cuando dio fin de ellos, bajo a la provincia de Badajoz e hizo lo propio. Luego despobló la Andalucía y, y por fin, siempre buscando alimento, paso al África de donde nunca mas volvió".
Otra versión menos fantástica, señala que en realidad era una persona que había enloquecido, tomando una actitud agresiva, por lo cual sus familiares lo tenían confinado en la referida cueva amarrado con una cadena a la argolla, desde donde emitía gritos aterradores, estos le llevaban comida y fueron los que entendieron la leyenda de la existencia del "monstruo" para ahuyentar y mantener alejado a vecinos y curiosos.
El lugar pese a estar señalizado en los mapas, no es muy conocido.
La "Peña del Drago" en realidad son dos peñascos ubicados en lo mas alto del cerro, en uno de ellos se encuentra la cueva o guarida, que concuerda totalmente con lo publicado en el referido libro (pero donde ya no esta la famosa argolla); colindante a ella se encuentra lo mas llamativo del lugar el "Horno", un curioso hueco en le interior de la roca, formado por capricho de la naturaleza, con semejanza a los hornos tradicionales.
Su boca pequeña semejante a un trapecio, esta a unos dos metros del suelo, sus dimensiones interiores son de unos 3 metros de largo por dos de anchos y unos 90 cm, de altura, presentando signos de haber sido utilizado
La cueva o guarida del "mitológico drago" sirvió de refugio en distintas épocas a bandoleros y malhechores, debida a que por su posición estratégica se domina todo el entorno, ofreciéndoles por ello aparente serenidad.
Desde las peñas se divisa un bonito paisaje de los alrededores, por lo cual se recomienda, que sea visitada.
Sixto Rivas