Cuanto he jugado y corrido por estas calles al escondite, cuanto me gustaría saber de Mª Jesús de Mª Francisca, recordar viejos tiempos, el frió del invierno y nosotros corriendo por las calles, hasta la hora de recogerse, que era la llegada de las cabras a sus casas, que tiempos, mis abuelos me decían, cuando oigas las campanillas de las cabras a recogerse, y corríamos veloces a nuestras casas, obedientes y cansadas del correr por sus calles al escondite. Aun siguen los niños haciendo lo mismo, aunque ya no hay cabras que marquen un tiempo de volver, cuantos buenos momentos y cuantos recuerdos grabados para siempre Maribel