CONTINUACION a la construcción del Pantano, se procedió a la expropiación de las dehesas pertenecientes a varios particulares del termino de Moraleja y Santibáñez, confeccionando las parcelas sobre unas 4 hectáreas de terreno con su vivienda corral para ganado y almacén.
1º.- Los sorteos se harían sobre todo, a las familias más numerosas entre todos los pueblos de la comarca, teniendo una preferencia Santibáñez por haberle expropiado sus mejores tierras por la construcción del embalse.
2º.- A familias de nuestro pueblo le fueron adjudicadas unas 23 parcelas aproximadamente, que yo recuerde, también había unos 7 a 8 medieros de parcelas particulares, el dueño ponía la tierra, los abonos y simiente, y la mano de obra le correspondía totalmente al mediero, y una vez efectuada toda la recolección de los frutos se repartían al 50 % las ganancias.
3º.- Quiero reseñar que en esos años (entre 1960 hasta 1977 más o menos), el pueblo de Moraleja rozaba una población de 14.000 habitantes, entre su censo y de personas oriundas, que no estaban empadronadas, venían del sur de la Prov. de Salamanca, de pueblos limítrofes de Portugal y sobre todo de los pueblos de esa comarca. Esas aglomeraciones empezaban en Junio hasta últimos de Julio, pero sobre todo a mediados de Septiembre cuando se comenzaba la recolección del algodón había una masa incontrolable de personal; y así hasta las navidades que se hacían las últimas entregas del tabaco, al centro de fermentación de Plasencia.
4º.- Esas parcelas creo entender, que desde su adjudicación pagaban una pequeña renta al estado hasta los 20 años que pasaban a ser propiedad del colono, en ellas se sembraban algodón, maíz, tabaco, y todos tenían ganado que le servia de ayuda a esas familias.
5º.- No solamente la juventud de Santibáñez trabajaba en esas temporadas en Moraleja, había unas 70 hectáreas de regadío que arrancaban desde la cola del pantano río arriba a ambas partes del mismo, hasta la pesquera de la reina, (quiero decir hasta las piscinas naturales del puente del río que todos conocéis). En esas fincas había de todo, propias, medieros, y encargado administrador que era el caso de La Reina que la gobernaba mi tío Martín (dios lo tenga en la gloria por ser un señor honesto trabajador y sobre todo amigo de todo el mundo por su hospitalidad),. En ellas se sembraba lo mismo algodón tabaco, maíz, repollos, y sobre todo en La Reina había mucho ganado como, ovejas, vacas, cerdos, caballos.
Esta finca tenía aproximadamente unas 500 a 600 hectáreas, sus riegos se hacían con la extracción de agua del río arrago por canales de larga distancia y motores de gran potencia. Y la otra parte de la finca se regaba con la extracción de agua del río Trasga con motores.
El desplazamiento a esa finca se hacía a pie, en caballería, en bicicleta, cada uno como podía, en los últimos años en el tractor de la finca.
En la primavera había un peligro inminente cruzar nuestra dehesa por que estaba plagada de reses muy bravas recién paridas, y siempre había algún gracioso en la cuadrilla de jornaleros que le gustaba hacer la cabra con las vacas, para llamar la atención de alguna chica que le gustaba.
Por último, perdonar por estos comentarios, pero mi sana intención no es otra que recordarle a esta juventud, cuando vayan al pueblo de vacaciones, suban a la plaza de toros y miren hacía esas zonas de las que hablo, piensen que sus padres, abuelos, tíos, pasaron por todo esos sacrificios. Sin más un saludo para todos.-
1º.- Los sorteos se harían sobre todo, a las familias más numerosas entre todos los pueblos de la comarca, teniendo una preferencia Santibáñez por haberle expropiado sus mejores tierras por la construcción del embalse.
2º.- A familias de nuestro pueblo le fueron adjudicadas unas 23 parcelas aproximadamente, que yo recuerde, también había unos 7 a 8 medieros de parcelas particulares, el dueño ponía la tierra, los abonos y simiente, y la mano de obra le correspondía totalmente al mediero, y una vez efectuada toda la recolección de los frutos se repartían al 50 % las ganancias.
3º.- Quiero reseñar que en esos años (entre 1960 hasta 1977 más o menos), el pueblo de Moraleja rozaba una población de 14.000 habitantes, entre su censo y de personas oriundas, que no estaban empadronadas, venían del sur de la Prov. de Salamanca, de pueblos limítrofes de Portugal y sobre todo de los pueblos de esa comarca. Esas aglomeraciones empezaban en Junio hasta últimos de Julio, pero sobre todo a mediados de Septiembre cuando se comenzaba la recolección del algodón había una masa incontrolable de personal; y así hasta las navidades que se hacían las últimas entregas del tabaco, al centro de fermentación de Plasencia.
4º.- Esas parcelas creo entender, que desde su adjudicación pagaban una pequeña renta al estado hasta los 20 años que pasaban a ser propiedad del colono, en ellas se sembraban algodón, maíz, tabaco, y todos tenían ganado que le servia de ayuda a esas familias.
5º.- No solamente la juventud de Santibáñez trabajaba en esas temporadas en Moraleja, había unas 70 hectáreas de regadío que arrancaban desde la cola del pantano río arriba a ambas partes del mismo, hasta la pesquera de la reina, (quiero decir hasta las piscinas naturales del puente del río que todos conocéis). En esas fincas había de todo, propias, medieros, y encargado administrador que era el caso de La Reina que la gobernaba mi tío Martín (dios lo tenga en la gloria por ser un señor honesto trabajador y sobre todo amigo de todo el mundo por su hospitalidad),. En ellas se sembraba lo mismo algodón tabaco, maíz, repollos, y sobre todo en La Reina había mucho ganado como, ovejas, vacas, cerdos, caballos.
Esta finca tenía aproximadamente unas 500 a 600 hectáreas, sus riegos se hacían con la extracción de agua del río arrago por canales de larga distancia y motores de gran potencia. Y la otra parte de la finca se regaba con la extracción de agua del río Trasga con motores.
El desplazamiento a esa finca se hacía a pie, en caballería, en bicicleta, cada uno como podía, en los últimos años en el tractor de la finca.
En la primavera había un peligro inminente cruzar nuestra dehesa por que estaba plagada de reses muy bravas recién paridas, y siempre había algún gracioso en la cuadrilla de jornaleros que le gustaba hacer la cabra con las vacas, para llamar la atención de alguna chica que le gustaba.
Por último, perdonar por estos comentarios, pero mi sana intención no es otra que recordarle a esta juventud, cuando vayan al pueblo de vacaciones, suban a la plaza de toros y miren hacía esas zonas de las que hablo, piensen que sus padres, abuelos, tíos, pasaron por todo esos sacrificios. Sin más un saludo para todos.-
