Nos llega el otoño, y con él los colores propios de esta preciosa estación.
Atrás hemos quedado otro verano más, otro verano pasado en mi querido pueblo, con sus gentes, y sus fiestas.
El otoño de nuestro pueblo es mágico, sus campos se llenan de colores ocres, y amarillos, sus árboles de desnudan de cara al invierno y todo forma parte de esa mágia tan maravillosa que nos brinda la naturaleza, solo las encinas y los robles, siguen como si nada, ya que sus hojas protegen a esta especie de arboles de las inclemencias del invierno, que suele ser frío y lluvioso.
Los castaños dan sus frutos, los membrilleros desprenden ese olor característico, y los granados nos deleítan de sus frutos, que al abrirlos, nos damos cuenta de lo ordenada y caprichosa que es la naturaleza.
Todo un abaníco de colores en nuestro paisaje, todo un deleíte para la vista y los sentidos.
Os animo a que visiteis nuestro pueblo en esta preciosa estación, y comprendereis el porqué de mis palabras. Ahora no hay excusas, hay una preciosa casa rural donde poder alojarse, y dar unos grandes paseos por sus alrededores, pues todas la vistas son maravillosas.
Venga animaros a ecribir y contar cosas, siempre soy yo la que escribo, y a veces pienso que esto es de mi propiedad.
Adelía, que tal empezaste el curso, imagino que bien, aunque está la cosa calentita... Elena de tí sé casi todos los días, agradezco al destino el haberte reencontrado, me encanta hablar contigo, me transmites mucha paz.
Victorio, seguirás con tu huerta... ahora con los frutos del otoño, verdad?
Marisol, no hemos vuelto a saber de tí, espero y deseo que te encuentres bien, y por último a Joseíto, que no ha dado señales de vida, a ver si escribimos y mantenemos vivo esto, aquí podemos contar muchas cosas.
Bueno, que pasaba por aquí, y no sé porqué siempre acabo escribiendo más de la cuenta.
Abrazos para todos. Maribel.
Atrás hemos quedado otro verano más, otro verano pasado en mi querido pueblo, con sus gentes, y sus fiestas.
El otoño de nuestro pueblo es mágico, sus campos se llenan de colores ocres, y amarillos, sus árboles de desnudan de cara al invierno y todo forma parte de esa mágia tan maravillosa que nos brinda la naturaleza, solo las encinas y los robles, siguen como si nada, ya que sus hojas protegen a esta especie de arboles de las inclemencias del invierno, que suele ser frío y lluvioso.
Los castaños dan sus frutos, los membrilleros desprenden ese olor característico, y los granados nos deleítan de sus frutos, que al abrirlos, nos damos cuenta de lo ordenada y caprichosa que es la naturaleza.
Todo un abaníco de colores en nuestro paisaje, todo un deleíte para la vista y los sentidos.
Os animo a que visiteis nuestro pueblo en esta preciosa estación, y comprendereis el porqué de mis palabras. Ahora no hay excusas, hay una preciosa casa rural donde poder alojarse, y dar unos grandes paseos por sus alrededores, pues todas la vistas son maravillosas.
Venga animaros a ecribir y contar cosas, siempre soy yo la que escribo, y a veces pienso que esto es de mi propiedad.
Adelía, que tal empezaste el curso, imagino que bien, aunque está la cosa calentita... Elena de tí sé casi todos los días, agradezco al destino el haberte reencontrado, me encanta hablar contigo, me transmites mucha paz.
Victorio, seguirás con tu huerta... ahora con los frutos del otoño, verdad?
Marisol, no hemos vuelto a saber de tí, espero y deseo que te encuentres bien, y por último a Joseíto, que no ha dado señales de vida, a ver si escribimos y mantenemos vivo esto, aquí podemos contar muchas cosas.
Bueno, que pasaba por aquí, y no sé porqué siempre acabo escribiendo más de la cuenta.
Abrazos para todos. Maribel.