Al contrario,
Madrid no me gustó.
Yo estaba acostumbrada a un pueblecito, de apenas mil habitantes, y ver tanta gente me asustó, solo tenía 18 años.
Entrar en el metro me asfisiaba, ir a cualquier parte y ver aquellas colas para todo, me daba pánico (eran los años sesenta)
Asta que fuí a Madrid, siempre había estado en el
campo, al aire libre, tostada por el sol, y llegar allí y no ver el sol mas que cuando salía a la
calle me daba tristeza.
Resistí tres años y luego me vine a
Suiza donde me
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