EL PRADO Y EL ROCÍO.
En un hermoso, frondoso y ancho prado,
verde, con bellas y grandes
piedras, cercado,
que a una pequeña y humilde
charca se asomaba,
una fría, pulida y transparente gota de
agua,
sobre una tierna y fina hierba se posaba.
El prado, al sentir tal delicia,
aquella agradable y dulce caricia,
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