AMOR DE ABUELA.
Tanto me has amado
que me cuesta tanto olvidar,
te he amado tanto, abuela,
tanto te he amado,
que me es imposible,
no volverte a recordar.
Mi comadrona fuiste,
entre tus manos me cogiste,
por primera vez la luz,
entró en nuestro ser,
en esa carita de ángel,
en tu cuerpo de mujer.
Me quisiste de verdad,
con coraje e ilusión,
como a un hijo más,
me diste lo mejor,
caricias, besos y abrazos,
que fueron mi pasión.
Una tarde de Agosto te perdí,
entre un mar de lágrimas,
cuando te había visto,
unos días antes,
como una estrella, radiante,
entre caricias, entre sonrisas.
¿Por qué me has entristecido.?
¿Por qué te has ido?
¡Abrázame a ti, por favor!
Abre tus ojos y despierta,
calma mis lágrimas doloridas,
que vienen en busca de tu amor.
Y aún hoy, siento un gran pesar,
nunca voy a olvidar esos ojos tan bellos,
ni tus blancos y largos cabellos,
esa cara, ese cuerpo escultural,
te presiento tan cerca ahora que no estás
y tan lejos cuando estas en mi soñar.
Una duda me atormenta,
una duda sola, y nada más,
¿Hasta cuando, mi amor por ti,
abuelita Hipólita,
hasta cuando, ha de perdurar?
(A mi entrañable abuelita Hipólita)
ZACHO Agosto de 1.994 ... (ver texto completo)
Tanto me has amado
que me cuesta tanto olvidar,
te he amado tanto, abuela,
tanto te he amado,
que me es imposible,
no volverte a recordar.
Mi comadrona fuiste,
entre tus manos me cogiste,
por primera vez la luz,
entró en nuestro ser,
en esa carita de ángel,
en tu cuerpo de mujer.
Me quisiste de verdad,
con coraje e ilusión,
como a un hijo más,
me diste lo mejor,
caricias, besos y abrazos,
que fueron mi pasión.
Una tarde de Agosto te perdí,
entre un mar de lágrimas,
cuando te había visto,
unos días antes,
como una estrella, radiante,
entre caricias, entre sonrisas.
¿Por qué me has entristecido.?
¿Por qué te has ido?
¡Abrázame a ti, por favor!
Abre tus ojos y despierta,
calma mis lágrimas doloridas,
que vienen en busca de tu amor.
Y aún hoy, siento un gran pesar,
nunca voy a olvidar esos ojos tan bellos,
ni tus blancos y largos cabellos,
esa cara, ese cuerpo escultural,
te presiento tan cerca ahora que no estás
y tan lejos cuando estas en mi soñar.
Una duda me atormenta,
una duda sola, y nada más,
¿Hasta cuando, mi amor por ti,
abuelita Hipólita,
hasta cuando, ha de perdurar?
(A mi entrañable abuelita Hipólita)
ZACHO Agosto de 1.994 ... (ver texto completo)