Hola Ana,
NO Ana, somos muchas. A la cual la mejor, es cuestión de conocerse con defectos y virtudes que tod@s tenemos, y saber respectar y querer a tus amigos tal y como son sabiéndoles tratar y querer como se merecen y estar ahí cuando nos necesitan, solo hace falta aceptarlos.
Un beso para tí también, te lo mereces, tú también eres de l@s nuestr@s con tus virtudes y defectos, yo al menos así quiero a mis amig@s y que no cambien, porque yo soy la que decido elegir a mis amistades y las acepto... El horno era de tía Tomasa, me he comido la mitad dal nombre Primo a propósito de los olores del pueblo, a que huele el Paseo?
Cuando yo era pequeña el Paseo olía a perrunillas, a pan reciente cocido con jaras, a floretas, a buñuelos, etc. etc. etc.
En el pueblo había tres hornos que siempre estaban abarrotados, el de tía Toma
sa, el de tía Hipólita, y el de tía Josefa la abuela de Toti. Estaban desparramados por todo el pueblo y fueras donde fueras te llegaba el olor, era una delicia.
Gracias por tu invitación pero no puedo, tengo "rendez-vous" con el... Yo no se si aún sigue la misma costumbre de antes, a los niños se les daba para asarlo en las brasas el rabo del cerdo, y para los adultos una oreja, para comerla asada, estaba riquísima.
De ahí el refrán de "Tu eres grande pa rabo y chico pa oreja" se le dice a un niño/a cuando ya no es tan niño pero todavía no es adulto.
A tu abuelo Elias no le hacía falta que el veterinario viera la carne, el sabía en cuanto abría el cerdo si tenía "trichina", como el dijera está bueno podías comerlo tranquilamente... buena reunion de futuros jamones