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Amigo Antonio y familia: Estés donde estés. te legará mi mensaje; pues al igual que esta que escribe, en su incansable trotar, quisiera se detuvieran los relojes del tiempo, para vivir mas lejos, aún, que los sueños: Sabes muy bien que no se puede luchar con los relojes: Ni contra el viento. Ni contra las mareas... ni contra otros fenómenos de la naturaleza... si contra los tiranos... Y, hoy vestido de pesimismo, en la breca hacia la que me han arrastrado mis inquietudes siempre; te invito, pocas horas antes de las 12 campanadas, a darte una vuelta conmigo, por las grandes realidades. Te lo relato a mi modo. Lo nombraremos:
QUIMERAS
Años viejos que pasan.
Año Nuevo que llega:
Tan, tan de campanadas
que ilusiones despiertan.
Año viejo que agoniza:
campanadas que suenan,
como extraviando horas
de llantos y tristezas,
muriendo el el ocaso
ilusiones muy enteras,
gozos y soledades
que nostalgias despiertan.
Año viejo de sueños
en la ventana abierta,
a grandes paraísos...
sin agua y sin palmeras:
! espejismo en el hombre"...
Puerta no siempre abierta.
Año viejo: otro año
que pasa, que se aleja
en brazos de inviernos
implacables que esperan:
aquellos que mil flores
quieren a manos llenas.
Aquellos que la cuida
y que otros se aprovechan...
Y se pierde a lo lejos
la ansiada primavera.
Y se oyen mil voces
en las yermas praderas:
ilusiones perdidas,
sueños y quimeras...
Muy cerca sonara el látigo
y arrastras de cadenas.
Y sudores alimentado,
a barrigas repletas.
Y en el carro viajándo,
el chirrido de ruedas...
! Triste carro cargado
de perversas herencias
de mil siglos derramando
lágrimas sobre la Tierra.
De mil siglos desangrando
por heridas abiertas.
De hermanos olvidados
sobre la tierra yerta...
cargando sobre hombres
de quienes plantan y siembran
flores que luego agonizan
por las guerras deshechas.
Y los relojes del tiempo
girarán en carrera,
como siempre, en los fríos
y "tantanes" de espera
de voces olvidadas...
por albas que no llegan.
JM (LIBERTAD)
QUIMERAS
Años viejos que pasan.
Año Nuevo que llega:
Tan, tan de campanadas
que ilusiones despiertan.
Año viejo que agoniza:
campanadas que suenan,
como extraviando horas
de llantos y tristezas,
muriendo el el ocaso
ilusiones muy enteras,
gozos y soledades
que nostalgias despiertan.
Año viejo de sueños
en la ventana abierta,
a grandes paraísos...
sin agua y sin palmeras:
! espejismo en el hombre"...
Puerta no siempre abierta.
Año viejo: otro año
que pasa, que se aleja
en brazos de inviernos
implacables que esperan:
aquellos que mil flores
quieren a manos llenas.
Aquellos que la cuida
y que otros se aprovechan...
Y se pierde a lo lejos
la ansiada primavera.
Y se oyen mil voces
en las yermas praderas:
ilusiones perdidas,
sueños y quimeras...
Muy cerca sonara el látigo
y arrastras de cadenas.
Y sudores alimentado,
a barrigas repletas.
Y en el carro viajándo,
el chirrido de ruedas...
! Triste carro cargado
de perversas herencias
de mil siglos derramando
lágrimas sobre la Tierra.
De mil siglos desangrando
por heridas abiertas.
De hermanos olvidados
sobre la tierra yerta...
cargando sobre hombres
de quienes plantan y siembran
flores que luego agonizan
por las guerras deshechas.
Y los relojes del tiempo
girarán en carrera,
como siempre, en los fríos
y "tantanes" de espera
de voces olvidadas...
por albas que no llegan.
JM (LIBERTAD)