Luz ahora 0,08846 €/kWh

TALAVERUELA: Manuel, AntonioY la persona que escribe CAGARRUTAS...

Manuel, AntonioY la persona que escribe CAGARRUTAS DEL IMPERIO... Un regalo. Un regalo para los que se pasean aú indecisos, creyendo aún que todas las fuentes manan frescura.
! No y mil veces no! Dependiendo de el manantial de donde procedan, así es el sabor del agua en cuestión. Cada uno describe a las aves de rapiña a sus manera. Pero las nombra por su nombre. No es ningún secreto, que o quienes provocan las tormentas de excrementos que sacuden la tierra, y de las que, como dice Antonio, algunos se libran.
Lo esperaba: lo esperaba de vosotros, y no podéis imaginar el inmenso placer que he sentido, cuando os he leído. cuando he visto reflejados mis pensares en los vuestros mis inquietudes en vuestras inquietudes.
Manuel, y yo mismo, no podemos evitar, el caminar por charcos mas lejanos, y gotear amargura y denuncia, demasiado serena.
¿Se tiene memoria, a los tres, cuatro. o cinco años? Es la pregunta que "yo hacía ayer a mi abuela"
! Si, jóvenes y niños de hoy, yo hablé ayer con mi abuela!
Yo hablo muchas veces con mi abuela, porque yo interrogaba a mi abuela, sobre Reyes Magos ausentes.
Yo interrogaba a mi abuela, y la ponía en aprietos, mientras, el huraño (le sobraba razón) de mi abuelo, tiraba de petaca... y que gruñía todo el tiempo.
Pero es que el abuelo ya estaba muy cascado, y sin embargo, a trancas o barrancas, manejaba el arado.! No! no se hablaba de Reyes Magos... todavía. Luego, se empezó ha hablar demasiado, y sin embargo no paso desapercibido, para AQUEL NIÑO que se detenían donde les daba la gana... Esto fue un poco después, cuando regresaron las tristes palomas de otros lugares... donde LAS GARRAPATAS arrastraban sus asquerosos cuerpos.
Pero regresemos con la memoria a la faltriquera de mi abuela, donde guardaba, un pañuelo, siempre empapado, que de vez en cuando pasaba por su cara, disimulando... aquel niño, se daba cuenta de que lo pasaba muy a menudo, mas arriba de la nariz, y que no era o era solamente, el goteár de sus ojos; producto del humo que se desprendía de los tizones.
Abuela: ¿cuando regresará mi padre?-es así como -"hoy se lo he preguntado"- las palabras de entonces fueron: ¿cuando "viendrá" padre, "pa" que ayude al abuelo y a madre, que con la tripa "incha," no puede agacharse...? Y tu me respondías, abuela, que estaba mas allá de un río muy grande, que estaba al otro lado de ese río, y, que como
había llovido tanto, no podía pasar...
¿Y porqué no viene en esos aviones, que hacen tanto ruido, y que dicen los chicos, mas mayores, que vienen del otro lado de la sierra?
Porque vienen ya muy cargados de... lo dijiste tan bajo que solo el abuelo lo oyó, a la vez que pronunció palabras que yo no entendía... recuerdo muy bien que con las tenazas hurgaste en los tizones del fuego, apañaste el ollero, sobre el puchero, y luego acaraste el fuelle avivaste la lumbre. Aquel día, yo tuve miedo: madre, con un cesto de ropa, a la cabeza, una mano sobre el y otra en mi mano, cruzamos, entre cientos de camiones, que ya cubrían gran parte de las eras. Yo me puse a llorar, porque llegaban uno tras otros de la parte del pueblo y frente al Castillo levantaban mucho polvo.
Yo no te conté abuela que había tenido miedo. Yo no quise decirte abuela, que ese día, con otros chicos, cogimos con los dedos, lo garbanzos, que habían arrojado
aquellos hombres que según tu, venían de muy lejos... que no hablaban todos igual. Yo ya no te hice aquel día mas preguntas.
Hoy me sigo haciendo estas: A tres, cuatro o cinco años; tienen memoria los niños?
JM (LIBERTAD)