TALAVERUELA: Buenas noches Manuel,...

Desdee mi rincon
Relatos de Verano.
************************* "Si tu niñez estuvo llena de miedos y conflictos,
y ahora te maltratas mentalmente, es que
continuas tratando a tu niño interior de manera
muy semejante a como te trataron cuando eras
pequeño"

Empiezo este cuento, cuando tengo cerca de mi un niño que es más que niño, más travieso que nadie, mas …
Nel; se queja muchas veces, y yo creo que siempre tiene razón, que es una desgracia muy grande el no haber sido nunca niño,

Mi amigo vivió su niñez cuando existía una guerra en la que se llamaban hermanos, y se tiraban unos a otros bombas y obuses y esas cosas, y que los mayores para diferenciarlos, les llamaban "contrarios".

Así que Nel, no podía salir a la calle, y claro, no aprendió lo de DOLA, LAS TRES EN RAYA, o LA GALLINITA CIEGA, y no digamos de jugar a la pelota, eso estaba prohibido en casa y en la calle.

Nel, se desesperaba, porque los días de aquella lucha que se habían preparado los mayores no terminaba.
Su mamá le había enseñado lo que buenamente sabía, porque ir al colegio tampoco, le contaba que había unos " recreos", en los cuales, los niños salían y jugaban a todo, pero que todo era contado por su mamá, y que la mayoría de las veces no tenía ganas de contárselas - pues siempre estaba apenada - porque su marido (el padre de Nel) le habían enviado a la guerra y no había regresado.

Así que a Nel no le parecía bien decirle a su madre, como hacían otros niños.
- ¡Mamá enséñame a jugar!
A Nel, que se hizo mayor antes de tiempo, de lo que más pena le ha quedado, es que nadie le haya explicado el porque le habían robado su niñez, porque él, con su pequeña filosofía, piensa, y también ya ha escuchado a otras personas, que los chicos de aquel tiempo, que eran de diferentes pueblos, bueno, por pensar de otra manera, por no conocerse, regañaban, se pegaban…

- Y yo digo: ¿Qué culpa tienen los niños a que les obliguen a no ser niños?
O es que estos niños mayores que se pegan, y hacen esas cosas, es porque tampoco fueron nunca niños, y claro, no aprendieron a jugar, a divertirse, y a lo que es camaradería.
- Mi amigo Nel, que es un niño que se ha criado con pena, pero con mucho amor de su mamá y sus hermanos, le gustaría que otros niños como él le entendiéran esa filosofía que os he dicho antes.

- Qué ellos se peguen todo lo que quieran -
Pero que al niño no le roben su niñez, la alegría, y no la obliguen a no jugar con los otros niños, porque cuando sean grandes, por no conocerse, se pegarán, se tirarán los obuses y las bombas,

- Si repito lo de los obuses, y juro que lo que tengo que contar y me da pena, es porque una de las primeras palabras que conoció Nel, fue esta de los obuses, y le hubiese gustado mucho más antes conocer la palabra, amor, amistad, camaradería.

- Yo, vuestro amigo, que estoy tratando de explicar como nunca ha sido niño Nel, tengo la obligación de decir, que odia los obuses porque le dejaron sin padre.
No quería dejar de contar, que gracias a la guerra (bueno gracias) jugó la partida de canicas más importante de toda su vida, quería decir que jugó con gente muy importante, gente que si leyeran hoy este cuento, este relato, querrían anularlo para siempre.

Ya estaba muy avanzada la guerra, y los señores de la partida de canicas, desde luego tenían miedo, por eso se escondían en su jardín, se avergonzarían por varias razones, por ejemplo: que por ser importantes no fueron a dar la cara en esa guerra vergonzosa, se avergonzarían también de que les ganara a las canicas, y tuvieran que reconocer que un niño muy hombre, con una bolas de colores, hubiera llenado una tarde en sus vidas.

No, pero esa gente lo borraría todo, la gente mayor miente mucho, por lo menos dirían
seriamente que eso no era razonable que ocurriera. ¡Cobardes! Después que son ellos los que inventan las guerras.

- Tenía yo, decía Nel, una bola pequeñíta que la llamaba " guayabín", con ella daba a todas, y a ella no había quien la rozara.
Con aquella pequeña bola les ganó mucho dinero, y que ellos lo desprendían generosamente.
- Más tarde lo comprendíó mejor - Cuando entraron los vencedores, aquel dinero no valió.. Por eso Nel, tiene mal concepto de la gente, y piensa que esas personas importantes ya sabían que no iba a valer el dinero.

¡Desde luego, las partidas de bolas de esa infancia perdida eran maravillosas!
Las tenía de todos los colores, miraba por ellas, y se imaginaba su tierra verde que había dejado atrás al llegar a la gran ciudad, sus robles y sus castaños, o aquel río lleno de truchas.

Algunas veces, por el bolsillo roto se le caía alguna por la pernera, entonces, Nel, pensaba en mundos de colores y trenes que rodaban a cualquier parte del mundo.

Ya había terminado la guerra civil, y Nel seguía pensando que lo que habían hecho con él, era lo peor que le podía ocurrir a un niño.
Como se hizo mayor sin darse cuenta, pensaba, que naturalmente lo más horrible era lo
de"el millón de muertos" entre hermanos.

Al salir a la calle todo eran abrazos, hasta los que se decían " contrarios" se abrazaban y no es que lo viera mal, pero aun, con sus pocos años como os decía aprendió a tener mal concepto de la gente.
¿Para qué tanta lucha? - Y ahora esos abrazos-
¿Es qué ya se han hecho amigos? - O es que todo es mentira -
A nuestra ciudad, decía, llegaron soldados victoriosos, y Nel, esperaba sin esperanza la llegada de su padre, no importaba que fuese vencedor o vencido, eso no tenía importancia después de lo de los abrazos, lo importante es que llegara.

- Ahora lo recuerda con dolor, y en forma de poema suele decir… y yo te llamaba a gritos sabiendo que no vendrías.
Y es que, como os vengo contando, Nel, se había hecho mayor, y recuerda con dolor lo de los obuses.

Cuenta, que para ver llegar el ejercito estaban todos los chicos del barrio, que ya cantaban canciones victoriosas, y que no sabía donde las habían aprendido, y que en primera fila estaba tambíén "Juana la Berreona" y que el sabía como pensaba, y que ahora gritaba acaloradamente en compañía de sus hijos.

Desde luego, mala era más mala que nadie, pero que a sus hijos no los tocase nadie.
Era como " La Gallina Blasa".
Por eso Nel dacía que tenía siempre mucho dolor, porque los mayores, la mayoría de las veces actuaban como los niños, y él siendo niño- ya era para siempre un adulto-
y veía donde estaban las injusticias.

Nel siempre ha sido escritor, pero reconoce que es autodidacta.
Lo que más le gusta a Nel desde luego es escribir cuentos, y es que no deja de pensar en su niñez perdida.

Le gusta también a traves de sus escritos ir en defensa del oprimido.
Sabe, y sin ser jaztancioso, que con sus escritos logró sacar a un preso de los calabozos de Guatemala. Sabe que firmando Carlitos Gardel, le escribió una carta a la señora Thatcher, y dio la casualidad que se terminó la guerra.

No penséis que es mentira lo que cuenta mi amigo, que aunque el cuento va de cuento, eso es cierto que ocurrió
Veréis, dice…tengo más de cien amigos en la distancia en todas las partes del mundo.
Desde Argentina me comunicaba siempre con un poeta, Un día me escribíó el hijo, que firmaba tambien Carlitos (no Gardel, claro) y me decía: mi papá no puede contestar esta en la güerra, en Las Malvinas.

Nel, enseguida pensó en el suyo, que le había matado aquel obús, y no lo dudo un momento. ¡Hay que atacar a la cabeza!
No sabéis vosotros la fuerza que tiene un lapicero, si las palabras se colocan bien, una detrás de la otra.
- No es que yo pueda asegurar lo que cuenta Nel de Guatemala o Las Malvinas y tantos otros sitios, pero el está tan convencido, que no seré yo el que diga que eso no es verdad.

¡Es que Nel es tan sencillo! Tan sin importancia, que lo cuenta así
´ ¡Qué dirían los gobernantes si se enterasen de sus cosas!
- Llenaré otro espacio con otra cosa que me contó Nel -
envió una carta nada menos que a Israel, porque había leído que una niña Palestina, decía, que no sabía lo que era una rosa, y si tenía olor.

He metido en el sobre una flor, y la he enviado a los Campos Palestinos.
¡No hay quien detenga una flor!
- Eso sí, ha sido una rosa, que es lo que la niña pedía …
¡Qué pena no saber lo que son rosas, aquella niña chiquita!

- Que verdades son algunos cuentos inventados-
¡Qué suerte de meterme en vuestras casas!
La suerte de tener un amigo como Nel, y que como os he dicho antes ser una de esos cien amigos que tiene en la distancia, y poder dirigirme a los pibes, a los muchachos,
a los chavales y a los niños etc.

Y sobre todo a esos chicos grandes que fueron antes niños, que no han dejado de serlo, que leen plácidamente un cuento, o lloran tiernamente con un poema.
Amigos que están dispuestos a escribir mucho a donde haya injusticias, y que sueñen con soles y primaveras.

¡Qué suerte tengo de meterme en vuestras vidas, vuestros juegos!
- Si hay que llorar se llora - pero que sea por conseguir el juego deseado.
Que nadie os robe vuestra niñez, que el mundo lo imaginéis siempre como en las bolas de colores, por donde aplaquéis penas, o enviéis rosas y un poco de paz que siempre esperan…

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Manuel González Álvarez

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Buenas noches Manuel,

Muy buen comentario el tuyo, el del principio antes de empezar tu relato.

Un saludo,