SE MORIRÁN LOS BROTES DE MI HUERTO
……..
Se morirán los brotes de mi huerto,
cuando lleguen las furtivas heladas,
ateridos de noche y vacío.
Que una ráfaga gris, parca callada,
me ha cortado las alas y la prisa
de buscar la belleza con palabras.
Se morirán los brotes de mi huerto
con sed de violines y de flautas,
sin poder descubrir sobre las nubes
las sendas luminosas a las alas;
sin poder asomarse a ser, siquiera,
mensaje emocionado en mi garganta.
Se ahogarán en albercas de silencio
antes que se inicie la alborada,
sin probar el rocío siempre virgen
ni el sabor de amapolas estrenadas.
Que una ráfaga gris, de torvas hoces,
me ha segado el afán por la llegada.
Ya no iré más detrás de las canciones
ni esconderé horizontes de aguas claras,
ni subiré a la cúpula del viento
por los limpios peldaños de las arpas.
Ni vagaré por montes solitarios
en busca de bóvedas amargas,
donde nacen y crecen, pena a pena,
los arroyos ardientes de las lágrimas.
Ni tejeré visillos de sonrisas
que oculten el dolor que me acompaña,
ni pediré la urgencia del milagro,
cuando hierva el matraz de mis palabras.
Ni beberé más vino de otras dichas
porque me abandonó la confianza
con todos los caminos de mi mismo,
y ya no sé volver a recobrarla.
Se morirán los brotes de mi huerto
sin escuchar la música callada
que brota de la paz de una sonrisa,
o de la comprensión de una mirada,
o de la entrega noble de una espiga,
o del temblor de manos que se aman.
Se morirán los brotes de mi huerto
en el desierto de una madrugada
sin orillas, sin luz y sin remedio.
Que una ráfaga gris, parca callada,
me ha cortado las alas y la prisa
y la esperanza de llegar al alba.
**********
con un abrazo para todos
……..
Se morirán los brotes de mi huerto,
cuando lleguen las furtivas heladas,
ateridos de noche y vacío.
Que una ráfaga gris, parca callada,
me ha cortado las alas y la prisa
de buscar la belleza con palabras.
Se morirán los brotes de mi huerto
con sed de violines y de flautas,
sin poder descubrir sobre las nubes
las sendas luminosas a las alas;
sin poder asomarse a ser, siquiera,
mensaje emocionado en mi garganta.
Se ahogarán en albercas de silencio
antes que se inicie la alborada,
sin probar el rocío siempre virgen
ni el sabor de amapolas estrenadas.
Que una ráfaga gris, de torvas hoces,
me ha segado el afán por la llegada.
Ya no iré más detrás de las canciones
ni esconderé horizontes de aguas claras,
ni subiré a la cúpula del viento
por los limpios peldaños de las arpas.
Ni vagaré por montes solitarios
en busca de bóvedas amargas,
donde nacen y crecen, pena a pena,
los arroyos ardientes de las lágrimas.
Ni tejeré visillos de sonrisas
que oculten el dolor que me acompaña,
ni pediré la urgencia del milagro,
cuando hierva el matraz de mis palabras.
Ni beberé más vino de otras dichas
porque me abandonó la confianza
con todos los caminos de mi mismo,
y ya no sé volver a recobrarla.
Se morirán los brotes de mi huerto
sin escuchar la música callada
que brota de la paz de una sonrisa,
o de la comprensión de una mirada,
o de la entrega noble de una espiga,
o del temblor de manos que se aman.
Se morirán los brotes de mi huerto
en el desierto de una madrugada
sin orillas, sin luz y sin remedio.
Que una ráfaga gris, parca callada,
me ha cortado las alas y la prisa
y la esperanza de llegar al alba.
**********
con un abrazo para todos