A TRAVES DE UN CRISTAL OPACO
Le llamaban perturbado por que
quiso pasar una noche entre los muertos.
****
Se quitó las vestiduras
y quiso conocer el otro mundo
donde se queman los cuerpos
cuando el sueño ya es profundo.
Y rompió un cristal opaco
sin pensar el maleficio
brindando su carne viva
a un horno oscuro y frío.
Quizá su mente encendida
de tanto dolor sufrido,
quiso elegir su camino,
pasar la noche entre los muertos
soñando que aún es vivo.
¡Sólo la musa poeta
comprenderá su delirio!
Te irá soñando dormido
en un horno crematorio
cubierto de una neblina
a través de un cristal roto.
Te juzgará con ternura
y cantará tu valentía,
¡Una noche entre los muertos!
- a todos nos gustaría -
Pero la carne es cobarde
está pegada a la vida.
¡Y te llaman perturbado
sin conocer tu agonía!
He apagado la luz
y escribo con tinta china
para fijar unos versos
en un delirio sin rimas.
Mi perturbación si es grande,
quizá mañana es el día
en que me llamen poeta
por ver opaca una vida,
por atreverme a juzgarte,
por sacarme las espinas,
por soñar como soñaste
aquella noche tranquila.
Nel de Viegu
Le llamaban perturbado por que
quiso pasar una noche entre los muertos.
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Se quitó las vestiduras
y quiso conocer el otro mundo
donde se queman los cuerpos
cuando el sueño ya es profundo.
Y rompió un cristal opaco
sin pensar el maleficio
brindando su carne viva
a un horno oscuro y frío.
Quizá su mente encendida
de tanto dolor sufrido,
quiso elegir su camino,
pasar la noche entre los muertos
soñando que aún es vivo.
¡Sólo la musa poeta
comprenderá su delirio!
Te irá soñando dormido
en un horno crematorio
cubierto de una neblina
a través de un cristal roto.
Te juzgará con ternura
y cantará tu valentía,
¡Una noche entre los muertos!
- a todos nos gustaría -
Pero la carne es cobarde
está pegada a la vida.
¡Y te llaman perturbado
sin conocer tu agonía!
He apagado la luz
y escribo con tinta china
para fijar unos versos
en un delirio sin rimas.
Mi perturbación si es grande,
quizá mañana es el día
en que me llamen poeta
por ver opaca una vida,
por atreverme a juzgarte,
por sacarme las espinas,
por soñar como soñaste
aquella noche tranquila.
Nel de Viegu