Juan Antonio Arroyo.
BAILE EN LA PLAZA DEL PUEBLO
En el baile de mi pueblo,
a la puerta, dos ujieres,
y cobran veinte pesetas
a las pobrecitas mujeres.
Si eres macho, pasas gratis,
con bigote o con melena.
¡Agarramele del rabo,
válgame la Macarena!
Señor Alcalde, señor Alcalde,
dígame si son razones
que pague si llevo falda
y gratis con pantalones.
La mujer de don Ruperto
se viste con pantalones
para no pagar a Alberto
esas veinte aleaciones.
La mujer de don Gregorio,
especialista en paleta,
por asomarse al jolgorio
le costo veinte pesetas.
Me cobraste a la puerta
y yo no pagué en el bar;
me pegastes, te pegué,
ya estamos todos en paz.
Les dicen a los ujieres,
en voz alta los vecinos,
que resulta poco fino
el cobrar a las mujeres.
Fuera valla, fuera valla,
fuera valla, fuera puerta,
fuera valla, fuera valla
y que el pueblo se divierta.
BAILE EN LA PLAZA DEL PUEBLO
En el baile de mi pueblo,
a la puerta, dos ujieres,
y cobran veinte pesetas
a las pobrecitas mujeres.
Si eres macho, pasas gratis,
con bigote o con melena.
¡Agarramele del rabo,
válgame la Macarena!
Señor Alcalde, señor Alcalde,
dígame si son razones
que pague si llevo falda
y gratis con pantalones.
La mujer de don Ruperto
se viste con pantalones
para no pagar a Alberto
esas veinte aleaciones.
La mujer de don Gregorio,
especialista en paleta,
por asomarse al jolgorio
le costo veinte pesetas.
Me cobraste a la puerta
y yo no pagué en el bar;
me pegastes, te pegué,
ya estamos todos en paz.
Les dicen a los ujieres,
en voz alta los vecinos,
que resulta poco fino
el cobrar a las mujeres.
Fuera valla, fuera valla,
fuera valla, fuera puerta,
fuera valla, fuera valla
y que el pueblo se divierta.