Mi abuela tubo una niña que murió abrasada creo que con 10 años. Esta niña la gustaba mucho leer, yo me parezco a ella en su pasión por la lectura. Por aquella época los libros eran muy escasos, pero alguien la regaló un libro que era ni mas, ni menos que las poesías de Felix Maria de Samaniego, que yo he heredado. El libro está hecho un santo Cristo pero yo lo guardo como "oro en paño". Ha habido un tiempo en que las sabía todas de memoria, hoy ya las he olvidado. Cuando en el invierno nos íbamos a coser a los resolanos (para ahorrar leña) las mujeres, que el 99%no sabían leer me rogaban que las recitara esas poesias. Como recitadora no valía un pimiento, pero a ellas lo que las gustaba era la moraleja de cada poesía.
Os deseo una buena semana a todos.
Un abrazo Victoria
Os deseo una buena semana a todos.
Un abrazo Victoria