A UN POSIBLE TURISTA RURAL.
Para amar a un pueblo hay que emprender un trabajo interior que solo la soledad,
la curiosidad por lo desconocido puede hacer posible.
Hay que tener coraje, paciencia, constancia y valor para poder ver lo invisible,
creer en lo increíble y lograr lo imposible, pues todo llega, en el momento preciso.
La verdad, no la sé, pero lo que sí creo, es que los pueblos cambian con el tiempo,
o es el mismo tiempo el que te muestra lo que en realidad es un pueblo.
Si dejas salir tus interrogantes, tus pesadillas, en definitiva tus miedos,
tendrás un espacio, en tu interior, para vivir y hacer realidad tus sueños.
Si a usted, señor o señora turista rural, le apetece derribar esos miedos, esos muros,
hay que empezar por derribar los que cubren sus cuerpos, sus mentes. No tenemos que derrumbar nuestros sueños, hay que derrumbar las barreras que impidan cumplirlos.
La vida no cuenta los pasos que vamos dando, si no las huellas que vamos dejando.
El verdadero viajero, turista o simplemente, forastero, es el que descubre que el Sol brilla en su interior y la Luna lo hará en su mirada. Hasta que uno no vacía el alma de todo aquello que nos atormenta, no podremos, nunca, llenarla de todo aquello que nos hará felices. Al caminante no hay que indicarle el camino, hay que prestarle unas botas.
¿Sabes? Las personas que no logran conseguir sus sueños, suelen decirles a los demás
que tampoco cumplirán los suyos. Nunca debemos rechazar a nadie en la vida porque las buenas personas, nos dan mucha felicidad y las malas nos dan bastante experiencia.
Ambas son esenciales para recorrer nuestros senderos, los caminos de nuestros pueblos.
No debes permitir que nadie te diga que eres incapaz de hacer algo, ni siquiera yo.
Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si puedes, debes cumplirlo. Si no tienes nada y quieres algo, sal a buscarlo. Carretera y manta. Ya verás como merece la pena. Si no te gusta mi pueblo, muévete. Las rocas son las únicas que se están quietas en él.
La naturaleza de nuestra comarca te hará fuerte por unos días. La humildad de sus calles, sus pueblos, sus gentes lo recordarás para siempre.
Pero lo mejor de todo esto, lo esencial es que
ESTÉS DONDE ESTÉS, LO MÁS IMPORTANTE, ES QUE ESTÉS EN TÍ Y AQUÍ
Si alguien quiere visitar La Vera, que venga.
Si quieres entrar en Talaveruela, entra.
Las puertas de nuestra Comarca y de nuestro pueblo están siempre abiertas.
ZACHO Julio de 1995.
Para amar a un pueblo hay que emprender un trabajo interior que solo la soledad,
la curiosidad por lo desconocido puede hacer posible.
Hay que tener coraje, paciencia, constancia y valor para poder ver lo invisible,
creer en lo increíble y lograr lo imposible, pues todo llega, en el momento preciso.
La verdad, no la sé, pero lo que sí creo, es que los pueblos cambian con el tiempo,
o es el mismo tiempo el que te muestra lo que en realidad es un pueblo.
Si dejas salir tus interrogantes, tus pesadillas, en definitiva tus miedos,
tendrás un espacio, en tu interior, para vivir y hacer realidad tus sueños.
Si a usted, señor o señora turista rural, le apetece derribar esos miedos, esos muros,
hay que empezar por derribar los que cubren sus cuerpos, sus mentes. No tenemos que derrumbar nuestros sueños, hay que derrumbar las barreras que impidan cumplirlos.
La vida no cuenta los pasos que vamos dando, si no las huellas que vamos dejando.
El verdadero viajero, turista o simplemente, forastero, es el que descubre que el Sol brilla en su interior y la Luna lo hará en su mirada. Hasta que uno no vacía el alma de todo aquello que nos atormenta, no podremos, nunca, llenarla de todo aquello que nos hará felices. Al caminante no hay que indicarle el camino, hay que prestarle unas botas.
¿Sabes? Las personas que no logran conseguir sus sueños, suelen decirles a los demás
que tampoco cumplirán los suyos. Nunca debemos rechazar a nadie en la vida porque las buenas personas, nos dan mucha felicidad y las malas nos dan bastante experiencia.
Ambas son esenciales para recorrer nuestros senderos, los caminos de nuestros pueblos.
No debes permitir que nadie te diga que eres incapaz de hacer algo, ni siquiera yo.
Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si puedes, debes cumplirlo. Si no tienes nada y quieres algo, sal a buscarlo. Carretera y manta. Ya verás como merece la pena. Si no te gusta mi pueblo, muévete. Las rocas son las únicas que se están quietas en él.
La naturaleza de nuestra comarca te hará fuerte por unos días. La humildad de sus calles, sus pueblos, sus gentes lo recordarás para siempre.
Pero lo mejor de todo esto, lo esencial es que
ESTÉS DONDE ESTÉS, LO MÁS IMPORTANTE, ES QUE ESTÉS EN TÍ Y AQUÍ
Si alguien quiere visitar La Vera, que venga.
Si quieres entrar en Talaveruela, entra.
Las puertas de nuestra Comarca y de nuestro pueblo están siempre abiertas.
ZACHO Julio de 1995.