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TALAVERUELA: Hola Zacho, muy bonita tu poesía sobre la higuera....

Una pequeña higuera, en Talaveruela, mi pueblo, entre canchales y paredes de piedras, (mira que es difícil sobrevivir ahí) en el Barrero, fué mi fuente de inspiración para hacer este poema.

A LA HIGUERA.

Árbol de pequeño porte,
de bellos rodrigones, que sostienen tus ramas,
arbusto de noble corte,
que a la madre Naturaleza siempre amas.

El desarrollo de tus raíces es temido,
pues mueves con ellas las entrañas de la tierra,
algunos grandes muros ya han caído,
opones gran resistencia, en las condiciones más adversas.

Creces alegre, espontánea y muy lentamente,
tanto en terrenos fértiles como rocosos,
entre canchales y paredes de piedras,
dejando tus enormes huellas, eternamente.

En tu tronco, en su corteza grisácea y lisa,
dejé grabado un corazón, unas iniciales y una sonrisa,
tus hojas verdes, caducas y lobuladas,
se cayeron, murieron de frío, al llegar las heladas.

Cuando Adán y Eva pecaron,
cubrieron sus cuerpos, su desnudez,
con tus grandes hojas se adornaron,
tratando de ocultar su timidez.

Rómulo y Remo se amamantaron,
de la negra y noble loba Luperca,
en las riberas del río Tíber estaba la cesta,
bajo tu Figura Sagrada, al lado de la alberca.

Ficus Carica, tu copa, esa sombra del verano,
me ofrece en Junio, a tus hijas, las brevas,
en Agosto, me regala a tus hijos, los higos,
recogiendo a todos ellos, con mis propias manos.

Tu savia, sangre blanca, látex irritante,
que corre por tus vasos, por tus venas,
abrasando mi piel a cada instante,
cuando me acerco a ti, compañera,
para gritar, para recitar este poema,
es ahora cuando me ahoga mi pena.

Hoy mi hermosa higuera está triste,
el odio del viento arrancó sus raíces,
un maldito rayo partió el tronco, quemó su alma,
ya nunca más volverá a anidar la paloma,
entre sus gruesas, ásperas y feas ramas grises.

ZACHO Diciembre de 2.013.

Hola Zacho, muy bonita tu poesía sobre la higuera.
Me hace gracia Jesemari que dice que es el arbol mas generoso que existe. Si, desdeluego es generoso ya que da dos frutos al año, las brevas y los higos, pero mira tu por donde yo estoy proscrita para este árbol, no puedo acercarme a ella, pues en cuanto la toco se me ponen las manos con los dedos como mocillas "mamonas" y unas ampollas que me hacen ver las estrellas, lo mas que puedo es ponerme a su sombra.
A parte esto os diré que ahí donde crece esa higuera hubo toda la vida un hastial (que nosotros decimos jastial) ahí se vertian todos los desperdicios y se hacía estiercol, cuando no había los compuestos
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hola amiga Juliana. La verdad que yo opino como nuestro paisano José María. También tengo en cuenta tus afirmaciones. Vamos por partes. A mí la higuera a parte de sus frutos, me proporciona una inmensa sombra en el verano, donde desgustar sus hijas y sus hijos, las brevas y los higos. Pero cuidado con su sangre blanca, irritante, que como te toque tu piel, te quema. Hay personas, como tú bién dices, que nada más estar en contacto con ella salen corriendo.
¿Te ha gustado el poema de la noche? Espero ... (ver texto completo)