en esta
plaza, (está al lado de la antigua
calle del Centro, donce nací y me crié,) jugaba a correr y saltar a la cuerda con mis
amigas, había el
comercio de tío Vicente a donde mi abuela me mandaba a
comprar una onza de chocolate para merendar y era más
feliz que una princesa. Ahora esta plaza está muy arreglada. RECUERDOS IMBORRABLES.