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TORRE DE SANTA MARIA: Amparo, tu comentario sobre las brevas me ha traído...

Exposito:-
Ya me acorde de ti en el pueblo. ¿Comiste brevas?
Yo una más "seca que la pata Perico".
Panchi, Agusti, Dioni, recordais que no encontramos ni una y solo una sequisima, aunque a la entrada del pueblo Agusti ya "pilló" una medio seca.
Con las ganas que tenía yo de comerlas.
Ya nos daras detalles. ¿No te las comerias tu todas y nos dejaste sin ná no?
Aunque mi tia Leocadia y mi tio Juan Pedro me dijeron que venian"tardias", el próximo año les regalo un relój a las higueras pra que vengan"puntuales".
Saludos Exposito.

Que tal Pepa, sobre las brevas ni catar por mas que patee el campo, estaban " chonchas" como se dice en el pueblo. la verdad que tambien me acorde de ti. pero al final no coincidimos, supongo que la proxima sera. agur

Sí, la verdad están chonchas como tu bien dices, ayer fuí al pueblo, y al pasar por las higueras que tenemos a la entrada, vimos que les falta un poco, no sabemos si las cataremos, son muy golosas, y están justo en el pueblo, espero que las respeten pues tampoco hay tantas, si estuvieras por aquí, te invitaría a alguna.

Amparo, tu comentario sobre las brevas me ha traído a la memoria una anécdota que voy a referirte.
Siendo adolescentes sabes que teníamos una buena pandilla y por las tardes íbamos a pasear a la carretera y nos sentábamos en lo que nosotros decíamos "el álamo" y que no era un álamo, era un eucalipto, casi enfrente de la charca. Delante tenía tu abuelo Amador no sé si era un higueral, no recuerdo bien, pero de lo que sí me acuerdo es que tenía unos estupendos ciruelos. Apenas pintaban las ciruelas, ya estábamos nosotros pica que pica y día a día le dábamos una buena batida; estaban buenísimas.
Creo que alguna vez nos cogió con las manos en la masa porque recuerdo haber corrido saltando paredes y escondiéndonos para que no nos cogiera. Lo que más temíamos era que se enteraran en nuestras casas porque nos podía caer una bien gorda.
¡Qué bien lo pasábamos! ¡Qué infancia y adolescencia mas felices pasé en la Torre y cuántos recuerdos conservo!
En cuanto al calor ¡qué te voy a decir! ya lo tenemos asumido y procuramos no pensar demasiado en él. Además hay remedios para superarlo.
Un abrazo. Paqui