Fíjate no conocer a Andrea, yo la apreciaba mucho porque era muy buena persona y muy buena vecina. A mi me puso la peineta y la
mantilla cuando fui tablera, aparte de que me hizo mi tablero, ya que era una experta. Sentí mucho su muerte, su
casa ya nunca volvió a ser lo mismo desde entonces. En su casa, cuando ya estaba malita y faltaba poco más de una semana para ser
San Mateo, ella nos alentó para que organizasemos los tableros con los niños y ella pudo venir a verlos. Fue su último San Mateo.
Muchas
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