Diciembre de 2010 ha sido un buen mes para el turismo en Cáceres y es que según datos del Ayuntamiento, la ocupación hotelera alcanzó el 80 por ciento. «Si la tendencia continúa, la ciudad debe fijar un compromiso más decidido por el turismo. Cáceres tiene que dar el paso definitivo y apostar por este área como fuente de riqueza», señala el concejal, Francisco Torres.
Entre los desafíos de futuro se encuentra la posibilidad de solicitar a Turespaña que incluya a Cáceres en las llamadas 'ciudades turísticas', un grupo que obtiene ventajas en cuanto a difusión nacional e internacional pero que también exige una serie de obligaciones en infraestructuras, personal o servicios. «Desde 2008, el turismo no ha parado de crecer e incluso hemos alcanzado las dos pernoctaciones en momentos concretos», subraya Torres. También supondrá un impulso en este sentido el programa 'Cáceres Card', una tarjeta que da acceso al visitante a los monumentos más emblemáticos de la ciudad pero cuyo servicio todavía no se ha adjudicado.
Asimismo, el concejal resalta la ayuda que ha supuesto el programa Netur en el fomento del turismo en la ciudad. «Nos ha dado realmente un empuje porque teníamos un presupuesto bajo y gracias al programa hemos podido llevar a cabo iniciativas como 'Cáceres interactiva', por ejemplo».
Entre los desafíos de futuro se encuentra la posibilidad de solicitar a Turespaña que incluya a Cáceres en las llamadas 'ciudades turísticas', un grupo que obtiene ventajas en cuanto a difusión nacional e internacional pero que también exige una serie de obligaciones en infraestructuras, personal o servicios. «Desde 2008, el turismo no ha parado de crecer e incluso hemos alcanzado las dos pernoctaciones en momentos concretos», subraya Torres. También supondrá un impulso en este sentido el programa 'Cáceres Card', una tarjeta que da acceso al visitante a los monumentos más emblemáticos de la ciudad pero cuyo servicio todavía no se ha adjudicado.
Asimismo, el concejal resalta la ayuda que ha supuesto el programa Netur en el fomento del turismo en la ciudad. «Nos ha dado realmente un empuje porque teníamos un presupuesto bajo y gracias al programa hemos podido llevar a cabo iniciativas como 'Cáceres interactiva', por ejemplo».
Estoy deseando que terminen de arreglar la plaza. El plazo para la finalización de las obras es dentro de dos meses, espero que la constructura cumpla los plazos. Los empresarios de la zona se quejan y con razón, no hay quien pase por allí, a no ser que sea por necesidad. Espero que la queden mejor que estaba, porque no hace tanto que se arregló, y yo no la veía tan deteriorada. Supongo que su finalización dará otro aspecto de la entrada por la plaza a la parte antigua y supongo que mejorará la opinión de los que la visitan.
La malla de color negro que separa el corazón de la Plaza Mayor de los soportales está llena de agujeros. Son pequeñas aberturas que han hecho los propios vecinos y turistas. A ellos se asoman cada día decenas de personas, incapaces de reprimir su curiosidad. La escena se repite y tiene protagonistas de todo tipo. Pocos se resisten. Desde esos boquetes se ve la obra de la ciudadela en primer término. Por ejemplo, ayer a media mañana, tres máquinas pesadas en acción y una veintena de trabajadores entre operarios y profesionales técnicos. La sensación empieza a ser ya de máxima intensidad, con los plazos acechando.
Lo será más todavía a partir del día 24. Placonsa, la empresa adjudicataria, ha decidido echar el resto para llegar a tiempo. «El objetivo es que la obra esté terminada a finales de marzo», confirma Javier Candela, director-gerente de la constructora. Los obreros no se moverán de la Plaza entre las siete de la mañana y las diez de la noche.
«Las obras van un poquito lentas. Todo el mundo tendrá que moverse un poquito más rápido». La alcaldesa lo dijo con absoluta normalidad el pasado 2 de noviembre. Pero la primera interpretación que cabía nada más escuchar a Carmen Heras es que en el Gobierno municipal no se quiere correr el más mínimo riesgo de retrasos en la obra más emblemática de la ciudad. «Si hace falta más personal, la empresa deberá tenerlo», sugirió entonces la regidora. El objetivo es dañar los menos posible a los negocios de la zona, que están soportando como pueden las obras.
A tenor del ritmo de los trabajos cabe pensar así. No obstante, la reforma entra en la recta final, y Placonsa afronta el reto de cumplir lo que dice el pliego de cláusulas técnicas: «La obra se entregará, completamente terminada, lista para ser destinada a los usos previstos en el plazo de DOCE MESES». Las mayúsculas figuran en el propio documento del Consorcio Cáceres 2016.
«Estamos unos 30 operarios. Va bien. No hay problemas», comentaba ayer uno de los obreros que a mediodía se desenvolvían, carretilla en mano, por la parte baja, en la zona que se conoce como Plaza de Invierno. Placonsa lo tiene todo a punto: dos turnos de ocho horas cada uno.
El plan de trabajo arranca en menos de dos semanas. Si hay que trabajar de noche, se hace. De hecho así será desde el 24. Los obreros llegarán antes de que amanezca (siete de la mañana) y se irán bastante después de la puesta de sol (22 horas). En total, 13 horas de acción, 16 si se contabilizan las ocho de cada turno: de siete a tres el primero y de dos de la tarde a diez de la noche el último. La nueva Plaza Mayor se acerca. Los agujeros de la malla siguen siendo el medio ideal para 'adivinar' lo que viene.
Lo será más todavía a partir del día 24. Placonsa, la empresa adjudicataria, ha decidido echar el resto para llegar a tiempo. «El objetivo es que la obra esté terminada a finales de marzo», confirma Javier Candela, director-gerente de la constructora. Los obreros no se moverán de la Plaza entre las siete de la mañana y las diez de la noche.
«Las obras van un poquito lentas. Todo el mundo tendrá que moverse un poquito más rápido». La alcaldesa lo dijo con absoluta normalidad el pasado 2 de noviembre. Pero la primera interpretación que cabía nada más escuchar a Carmen Heras es que en el Gobierno municipal no se quiere correr el más mínimo riesgo de retrasos en la obra más emblemática de la ciudad. «Si hace falta más personal, la empresa deberá tenerlo», sugirió entonces la regidora. El objetivo es dañar los menos posible a los negocios de la zona, que están soportando como pueden las obras.
A tenor del ritmo de los trabajos cabe pensar así. No obstante, la reforma entra en la recta final, y Placonsa afronta el reto de cumplir lo que dice el pliego de cláusulas técnicas: «La obra se entregará, completamente terminada, lista para ser destinada a los usos previstos en el plazo de DOCE MESES». Las mayúsculas figuran en el propio documento del Consorcio Cáceres 2016.
«Estamos unos 30 operarios. Va bien. No hay problemas», comentaba ayer uno de los obreros que a mediodía se desenvolvían, carretilla en mano, por la parte baja, en la zona que se conoce como Plaza de Invierno. Placonsa lo tiene todo a punto: dos turnos de ocho horas cada uno.
El plan de trabajo arranca en menos de dos semanas. Si hay que trabajar de noche, se hace. De hecho así será desde el 24. Los obreros llegarán antes de que amanezca (siete de la mañana) y se irán bastante después de la puesta de sol (22 horas). En total, 13 horas de acción, 16 si se contabilizan las ocho de cada turno: de siete a tres el primero y de dos de la tarde a diez de la noche el último. La nueva Plaza Mayor se acerca. Los agujeros de la malla siguen siendo el medio ideal para 'adivinar' lo que viene.