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Esperanza, Mónica: a vosotras este sillón os trae recuerdos agradables y quizá nostalgia, pero para mi en aquellos tiempos era el potro de la tortura, no por la persona que me cortaba el pelo que era alegre y agradable, sino por el propio hecho, ya que mi padre le decía al vuestro. Juan aquí te traigo a este, hazle un buen corte de pelo que le dure, claro las economías de entonces no eran muy boyantes y convenía ahorrar todo lo posible, hoy al ver el sillón en nuestro foro, lo veo de otra forma, con cierta nostalgia tambien, no en vano entonces era un niño y la vida era de otra forma, por lo menos mucho más alegre, precisamente por ser niños, de todas formas hoy disponemos de más medios y gracias a ello nuestros hijos pueden tener mejor vida que nosotros y la alegria que nosotros teníamos porque son niños tambien. Recuerdo tambien otros aparatos que tenía vuestro padre en la casa donde vive Esperanza cuando viene al pueblo, una que servía para seleccionar grano o algo así, que no recuerdo ahora. De todas maneras gracias por agitarnos los recuerdos que con el día a día tenemos aparcados en algún rincón del coco. Esperanza, te he mandado un correo, no se si lo habrás leido. Un abrazo para las dos.