Ya huele a Navidad. ¿Os acordáis cuando en la feria de septiembre se compraba un cachino de turrón duro y se guardaba para celebrar la Nochebuena? Hoy he recordado el Nacimiento. Al Belén en Torrequemada se le llamó siempre el Nacimiento. El cura nos daba a los muchachos una sera -era una especie de cajoncito de madera- para llenarla del musgo de los canchales. Luego él se subía a una mesa junto al altar, como si fuese un gato, extendía el musgo y colocaba las figuras. No dejaba a nadie meter baza. Pues con mi felicitación a todos los torrequemeños y a toda la gente de paz ahí van unos versos y el deseo de una feliz Navidad. P. M. G.
EL NACIMIENTO.
De verdín cubierta
la sólida roca.
Del canchal yo extraigo
el musgo‚ a la sombra,
… y lleno la sera.
En la iglesia vieja
el Belén espera.
Subido a una mesa,
como un gato negro,
extiende el verdín
el cura del pueblo.
Parece un jardín
más que un Nacimiento.
Con un espejito
hace un río de cuento.
Y con unos corchos
construye el portal.
Una oveja aquí,
un pastor allá…
San José, de barro,
la Virgen que lava
y al Niño Jesús
le canta una nana.
Se arremanga el cura
mientras todo pone.
Bajo la sotana
le veo unos calzones.
Sorpresa sentí
al ver que llevaba
en vez de una enagua
pantalón de pana.
EL NACIMIENTO.
De verdín cubierta
la sólida roca.
Del canchal yo extraigo
el musgo‚ a la sombra,
… y lleno la sera.
En la iglesia vieja
el Belén espera.
Subido a una mesa,
como un gato negro,
extiende el verdín
el cura del pueblo.
Parece un jardín
más que un Nacimiento.
Con un espejito
hace un río de cuento.
Y con unos corchos
construye el portal.
Una oveja aquí,
un pastor allá…
San José, de barro,
la Virgen que lava
y al Niño Jesús
le canta una nana.
Se arremanga el cura
mientras todo pone.
Bajo la sotana
le veo unos calzones.
Sorpresa sentí
al ver que llevaba
en vez de una enagua
pantalón de pana.