Vista de la ciudad desee el
castillo árabe del siglo X.
Se distinguen algunas de sus mansiones nobiliarias que le dan el carácter a la ciudad, en muchos casos ligadas a los principales personajes del descubrimiento y colonización de América. Estos descubridores y sus descendientes volvían a su tierra natal, haciéndose construir magníficas residencias, en las que quedaba plasmada la aventura americana.
La
Plaza Mayor de
Trujillo conforma un espacio arquitectónico de gran belleza y monumentalidad. En ella se encuentran las
iglesias de la Sangre, de estilo barroco, y la de
San Martín,
gótico-renacentista.
Palacios como el de la Conquista, plateresco, construido por Hernando Pizarro, el
palacio de Chaves-Cárdenas, Condes de Quintanilla.
Trujillo cuenta con numerosos
conventos, como el de las Jerónimas, del s. XV, el de
Santa Clara, del s. XVI, actualmente
Parador de Turismo, el de las Dominicas, fundado por Isabel la Católica, y el
convento de San Pedro, dela orden franciscana, del s. XVI. El de San Francisco es el más significativo de la ciudad.