Este mes de Julio se cumplen 38 años que llegué por primera vez a esta entrañable Extremadura. He estado por Trujillo en infinidad de ocasiones pero hasta hace un par de años no había tenido ocasión de contemplar y pasear por el Parque de San Lázaro y su estanque -con su preciosa fauna, claro-. Lo conocí prácticamente seco pero este pasado invierno se ha tomado cumplida revancha. Está muy bien admirar todos esos monumentos que han dado fama mundial a la ciudad... pero no os olvidéis de vuestro San Lázaro... no tiene desperdicio... además, DE VERDAD.