Este núcleo, posee dispersos por su termino más de 30 conjuntos de grabados rupestres y un asentamiento de tipo castreño enclavado estrategicamente en uno de los meandros que forman el Tajo.
Tanto uno como otro poseen una extraornianria importancia, el primero por tratarse del núcleo más denso de
Extremadura y el otro por albergar una población, fundamentalmente Bronce Pleno, que puede aportar valiosos datos para la reconstrucción de una secuencia histórica apenas conocida en la Alta Extremadura.
En época
romana ese mismo poblado se reutiliza, igual que en la Edad Media, periodo en el que además se construye probablemente una atalaya sobre la
roca conocida como Cancho
Castillo, únicos testigos de la ocupación islámica del término.
Durante la repoblación fue parte del feudo de los de Belvís, hasta 1640 pasa al Condado de Oropesa, evolucionando posteriormente como villa aneja a
Navalmoral de la Mata.
Su fisonomía urbana da una idea de lo que debieron ser en un principio las alquerías pastoriles en las que no primaba ningún criterio urbanístico.