Los que no estamos en Villamiel agradecemos las noticias del pueblo, las festivas y agradables, como las triste y luctuosas.Es la vida.Por desgracia estas últimas nos afectan más por inesperadas.Tal es el caso de la desaparición de nuestro convecino Chencho, del que se podrán decir muchas cosas, cercanas unas a la verdad buscada y sentida o ancladas en la mentirosa y despreciable envidia.Como persona habrá podido suscitar admiración o desprecio, respeto o desatención, consideración o adversión, envidia ... (ver texto completo)