No sé quien se dirige a mí, pidiéndome que opine en esta "polemiquilla" de las fiestas.Como tengo tiempo, me he jubilado anticipadamente hace poco, y tenemos un foro http://www.pueblos-españa.org/extremadura/caceres/villamiel, que nos sale tan gratis decir:"¡Hola! Besitos para todos", como escribir una gran parrafada, quiero hoy expresarme con amplitud.El que tenga tiempo que me lea y el que no, que pase de mí setecientos millones de pueblos.Pero eso sí, sin meterme con nadie, sin juzgar a nadie, sin insultar a nadie, pues no es mi estilo, y sin pretender dar consejos ni lecciones de nada.Probablemente yo sea el menos listo de Villamiel, ya que en Villamiel no hay torpes.Lo que sucede es que muchos no han tenido las oportunidades que yo he tenido.
Bueno, para empezar, y ya llevo diez renglones, decir que no estoy permanentemente en el pueblo.Desde que tenía once años, nací en 1945, no he podido participar en las fiestas de nuestros patronos la Virgen de la Piedad y San Pedro Celestino.Recuerdo, habla el niño no el adulto, los potentes cohetes portugueses de "bomba", los puestos de turrón, los caramelos del tío Mauricio de Trevejo, los zapatos , pantalón y camisa nuevos, trajes no, que la cosa no daba para tanto.Igualmente recuerdo que por esos días tahonas de leña se llenaban de cocedores de mantecados, brazos de gitano, roscas, magdalenas... Y en las casas se hacían las ricas cañas rellenas, tan típicas de Villamiel.También recuerdo que las tabernas del tío Minuto en la calle Colón, la de la Margarita que estaba al lado en el rincón, la de la Eugenia en las Huertas, el Casino del tío Nazario, actual vivienda de Chencho, la Pista del tío Pedro en el Parador y el baile de la tía Dominga...no sé si me dejo alguno atrás, estaban a pleno rendimiento.Y qué más, pues la procesión de la Virgen y el Santo.Eran otros tiempos y la gente no pedía más por una sencilla razón:no lo había.
Hoy tenemos de todo y no esperamos nada.Ni la ilusión de estrenar unos zapatos, pues tenemos el gusto, la oportunidad y el dinero de comprarnos nos botines de marca de 120 Euros.Habrá que reestrenar la esperanza y la ilusión, buscar nuevas formas.¿De qué? Pues no sé, quizá de encuentro, de convivencia, de saber estar, de disfrutar conjuntamente de lo que tenemos, que esa es otra.Hoy no nos quejamos de que no tengamos coche, el desasosiego nace de que el vecino tiene uno más grande y lujoso que el nuestro.¿Fiestas, bailes, juegos?Si el verano es una verbena continua, cuando no es en Villamiel es en Varverde, Heljas, San Martín, Hoyos... O nos vamos a Portugal a tomarnos ese bacalao tan exquisito que preparan nuestroa vecinos.
La procesión es la misma y no es la misma.En el tiempo del que estoy hablando la Virgen de la Piedad estaba en la ermita de La Malina todo el año.Hoy no.Hoy la pasean siempre que haya alguien dispuesto a PAGAR el paseo de la Virgen de la Calle Arriba a la Plaza.
¿Propuestas? Sencillamente pienso no ser el más indicado para proponer actividades.aunque sí actitudes.Yo soy amigo de lo colectivo, de lo común, de la participación.Pensemos en las Fiestas de Santiago.Creo que las peñas en su día dinamizaron algo las mismas.El método fue sencillo como antiguo:la aplicación del viejo dicho "la unión hace la fuerza".Así con tres mil pesetas de cuota en una peña de la que fui socio, Peña El Barrero, comíamos(desayuno, almuerzo y cena), bebíamos, "cubateabamos" en la verbena de la Plaza, pagábamos dos guisanderas que nos preparaban la vaquilla que previamente había toreado medio pueblo y sobraba dinero para una camiseta.Pero lo mejor de todo es que nos veíamos, hablabamos, cantábamos y nos divertíamos juntos.
"LO QUE EMBELLECE EL DESIERTO, decía en el Principito Antoine de Saint-Exupery, ES QUE GUARDA UN POZO EN CUALQUIER PARTE".Pues eso, a buscar "ese pozo" que embellezca las fiestas de nuestros patronos.Un abrazo para todos.LORENZO.
Bueno, para empezar, y ya llevo diez renglones, decir que no estoy permanentemente en el pueblo.Desde que tenía once años, nací en 1945, no he podido participar en las fiestas de nuestros patronos la Virgen de la Piedad y San Pedro Celestino.Recuerdo, habla el niño no el adulto, los potentes cohetes portugueses de "bomba", los puestos de turrón, los caramelos del tío Mauricio de Trevejo, los zapatos , pantalón y camisa nuevos, trajes no, que la cosa no daba para tanto.Igualmente recuerdo que por esos días tahonas de leña se llenaban de cocedores de mantecados, brazos de gitano, roscas, magdalenas... Y en las casas se hacían las ricas cañas rellenas, tan típicas de Villamiel.También recuerdo que las tabernas del tío Minuto en la calle Colón, la de la Margarita que estaba al lado en el rincón, la de la Eugenia en las Huertas, el Casino del tío Nazario, actual vivienda de Chencho, la Pista del tío Pedro en el Parador y el baile de la tía Dominga...no sé si me dejo alguno atrás, estaban a pleno rendimiento.Y qué más, pues la procesión de la Virgen y el Santo.Eran otros tiempos y la gente no pedía más por una sencilla razón:no lo había.
Hoy tenemos de todo y no esperamos nada.Ni la ilusión de estrenar unos zapatos, pues tenemos el gusto, la oportunidad y el dinero de comprarnos nos botines de marca de 120 Euros.Habrá que reestrenar la esperanza y la ilusión, buscar nuevas formas.¿De qué? Pues no sé, quizá de encuentro, de convivencia, de saber estar, de disfrutar conjuntamente de lo que tenemos, que esa es otra.Hoy no nos quejamos de que no tengamos coche, el desasosiego nace de que el vecino tiene uno más grande y lujoso que el nuestro.¿Fiestas, bailes, juegos?Si el verano es una verbena continua, cuando no es en Villamiel es en Varverde, Heljas, San Martín, Hoyos... O nos vamos a Portugal a tomarnos ese bacalao tan exquisito que preparan nuestroa vecinos.
La procesión es la misma y no es la misma.En el tiempo del que estoy hablando la Virgen de la Piedad estaba en la ermita de La Malina todo el año.Hoy no.Hoy la pasean siempre que haya alguien dispuesto a PAGAR el paseo de la Virgen de la Calle Arriba a la Plaza.
¿Propuestas? Sencillamente pienso no ser el más indicado para proponer actividades.aunque sí actitudes.Yo soy amigo de lo colectivo, de lo común, de la participación.Pensemos en las Fiestas de Santiago.Creo que las peñas en su día dinamizaron algo las mismas.El método fue sencillo como antiguo:la aplicación del viejo dicho "la unión hace la fuerza".Así con tres mil pesetas de cuota en una peña de la que fui socio, Peña El Barrero, comíamos(desayuno, almuerzo y cena), bebíamos, "cubateabamos" en la verbena de la Plaza, pagábamos dos guisanderas que nos preparaban la vaquilla que previamente había toreado medio pueblo y sobraba dinero para una camiseta.Pero lo mejor de todo es que nos veíamos, hablabamos, cantábamos y nos divertíamos juntos.
"LO QUE EMBELLECE EL DESIERTO, decía en el Principito Antoine de Saint-Exupery, ES QUE GUARDA UN POZO EN CUALQUIER PARTE".Pues eso, a buscar "ese pozo" que embellezca las fiestas de nuestros patronos.Un abrazo para todos.LORENZO.