Esta
fotografía, fué realizada por un profesional ambulante de
Montehermoso en la mañana del domingo 20-1-1964, al final de la c/Inocencio Rubio Gallego, confluencia con el “Lejío” (Ejido) y c/Caídos en el 36, donde se ve el portal y
ventana del
salón-
comedor de la vivienda de “tío/a” Apolinar e Higinia (fallecidos), padres de D. Amador Mateos Corchero, muerto heroicamente el 2-8-1936 en la localidad de Cedillo (
Cáceres) a la edad de 23 años, como consecuencia de la nefasta y fraticida Guerra Civil, así como de Juana, casada con Lino (fallecido prematuramente), siendo éstos a su vez padres del documentado y donoso “Druida” D. Amador, Mª Jesús, Higinia y Silvestre.
Como se observa, la
calle se encontraba enrollada, y cuyas
piedras junto al portal se hallan desgastadas de tantas y tantas pisadas de entradas y salidas, las cuales si pudieran hablar, contarían muchas anécdotas, vivencias e historias de la mencionada y ejemplar
familia, al igual que la ventana del salón-comedor que también servia de
mirador hacia el “Lejío” donde se visibilizaba el transcurrir de la vida diaria de muchos vecinos y otros hechos, así como la visualización de su
corral sito enfrente, junto a la Ctra. de El
Bronco, donde hoy tiene su mansión, laboratorio y oficina, el alegre, afable, acrisolado y afamado alquimista, D. Amador Rubio Mateos.
Continuando con las piedras que vemos en el suelo junto al portal, fueron sepultadas o tapadas al encementarse las
calles del
pueblo en la década de los años 70, por lo que desde hace unos 17 ó 18 años, también son pisadas de manera “virtual” (al estar ocultas) y gracias al amor, por un ínclito, ponderado y sensato forista carballón (ovetense) que no tiene nada de TRApacero y menos de “marchar o ir con el caPOTE a la rastra” (con la "
castaña", "jumera" o "pea", como diría el enjundioso, versado y chungón, sr. maestro Don. Jacinto de C. A.)
A la izquierda de la
casa, existía otra muy pequeña, donde vivía “tío” Félix “Manteca” y sra. (fallecidos), padres de Antonio “Manteca”, quien estuvo muchos años trabajando como ayudante del camionero y operador de
cine, Ramón Martín, a los que acompañaba encima de la caja del camión, un perro pastor alemán, llamado “Deca”, quien sostenía numerosas y feroces peleas con otro cán de su misma raza, cuyo nombre no recuerdo, propiedad de “tío” Anselmo (fallecido), titular del
bar “Las Tablas”, que años más tarde traspasó y vendió a Inocencio “Chirre” (fallecido).
A la derecha de la citada vivienda, y a continuación de la c/ Caídos en el 36, hubo una explana o solar (continuación del Ejido) donde en los años 70 se construyó el inmueble con 4 viviendas para funcionarios, y en cuya planta baja, hoy, se ubica la sede de la Asociación Cultural “Posinó”, siendo éste solar, el lugar donde tuvo varios años el puesto de
cabras “del común” “tío” Eugenio Galán, cuñado del célebre D. Inocencio “Charro” o “Coyote”, e igualmente donde estuvo situado un gran y grueso álamo (olmo) de unos 13O años, plantado el martes de
carnaval del año 1.805 por la
feliz y positiva iniciativa del cura-párroco D. Ramón Bacas Roxo, generando por primera vez a nivel mundial, lo que sería la célebre y actual “
Fiesta del
Árbol”.
Referido árbol con tantos años y como materia viva, fué envejeciendo y deteriorándose hasta el punto que el interior de su grueso tronco se pudrió, originándose una gran oquedad, donde jóvenes y muchachos se introducían para jugar, y al secarse definitavamente se optó por talarlo a principio de la década de 1.940.
Después de ser talado, su craso y hueco tronco, fué aprovechado para hacer o crear dos “carretones” o "gamellones" (según el dicionario de L. E.) o lagares (especie de artesa natural ovalada, añadiéndole 4 patas y 2 tapas de madera, una atrás y otra adelante con un agujero por donde salia el mosto de las uvas vendimiadas y pisadas). Un “carretón” o "gamellón", fué propiedad de “tio” Valentín “Gaspar” (fallecido) y el otro de “tio” Gregorio “Pío”, casado con la sra. Ana “La Cana” (ambos fallecidos), padres de Juan y Emiliano “Nano” (uno y otro, sres. Maestros Nacionales).
En cuanto a la
bicicleta que monta el
joven, era de
color rojo, marca B. H. (Berasategui Hermanos). En tal época por la precariedad existente, la bicicleta era como un juguete valioso de diversión y utilidad, y que debido al empedrado de las calles, solamente se utilizaba en la
Plaza,
caminos, veredas y
carreteras de alrededor que se hallaban sin asfaltar, originando numerosos pinchazos y averías.
Finalizado el relato con alguna dosis de humor, cordiales saludos en general y particularmente al tremendo forista ovetense-villanovense con talante, talento, temple y ternura Sr. Dº M. Trapote y familia